Impulsor de la novela negra y del Oeste, publicó más de mil títulos. Ganó el Planeta en
1984 por Crónica sentimental en rojo
No es fácil, desde luego, escribir más de novelas. Pues eso es lo que hizo el pilifacético escritor Francisco
González Ledesma (1927-2015), fallecido este lunes en Barcelona. Periodista, también, además de
novelista, fue igualmente uno de los grandes impuslores de la novela negra en España, y un
especialista en novelas populares del Oeste. Enrique Moriel, Silver Kane, Taylor Nummy y Silvia
Valdemar, fueron sus habituales seudónimos. Además, escribió algunas novelas románticas con el nombre
de Rosa Alcázar y Fernando Robles. El detective Méndez fue su personaje más popular.
Se cuenta que ya a los cinco años contaba historias a cambio de merienda en el patio del colegio público
donde estudiaba. Sus estudios fueron costeados por una tía que vivía en Zaragoza, y ya en el instituto
Balmes barcelonés tuvo como profesor a Guillermo Díaz Plaja, que fue uno de sus mentores. Así,
siendo un adolescente. empezó a llevar originales a la Editorial Molino.
Novelista precoz, se inició escribiendo guiones de historietas para la editorial Bruguera y novelas del
Oesteque publicaba a un ritmo de una a la semana, bajo el pseudónimo Silver Kane, lo que le proporciona
oficio y recursos literarios, además de permitirle costearse la carrera de Derecho.
En 1948, con solo 21 años, ganó el Premio Internacional de Novela, instituido por el editor Josep Janés por
su novela «Sombras viejas» y en cuyo jurado se encontraba Somerset Maugham y Walter Starkie. Sin
embargo, la censura franquista prohibió su publicación, tildando a su autor de «rojo y
«pornógrafo», lo que le sumió en el silencio como autor de novelas, aunque continuó con su producción
de historietas.
Se graduó en Derecho en 1950, dedicándose primero a la abogacía y, después, al periodismo, en «El Correo
Catalán» y, durante 25 años, en «La Vanguardia», donde llegó a ser redactor jefe. Ambas profesiones le
proporcionaron un buen conocimiento de la sociedad, de las calles de Barcelona, de los políticos y del
mundo de las finanzas, que utilizaría en sus futuras novelas.
En 1952 creó el prolífico seudónimo de Silver Kane, bajo el cual llegó a publicar casi una novela semanal.
En total, habrá publicado unos mil títulos y muchas novelas de bolsillo con los seudónimos de Taylor
Nummy, Rosa Alcázar y Fernando Robles.
En la distancia larga
Aunque también encontró tiempo para escribir novelas largas: «Los napoleones» (que también fue
prohibida), «Las calles de nuestros padres» y «Expediente Barcelona», que sólo pudieron llegar a ser
publicadas con la Transición política. En 1984 recibió el Premio Planeta por «Crónica
sentimental en rojo lo que le supuso notable popularidad.
Su novela «Expediente Barcelona» fue traducida y publicada por la prestigiosa editorial
francesa Gallimard, lo cual le proporcionó un prestigio y éxito editorial en Francia muy superior del
que goza en España, hasta el punto de que sus nuevas novelas aparecen publicadas antes en el país vecino.
El protagonista de sus novelas, el comisario Ricardo Méndez, mezcla de escepticismo y pundonor,
sigue los cánones del relato criminal. Méndez aparece por vez primera precisamente en «Expediente
Barcelona» e inaugura una serie novelística que, junto a la propia ciudad de Barcelona, constituye el
nexo central de sus novelas.
ABC, 2 de marzo de 2015
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