30 de nov. 2011

Silver Kane

Jorge Nagore

mi abuelo Guillermo leía novelas de Marcial Lafuente Estefanía, Zane Grey y Silver Kane. Yo no he leído nunca ninguna, porque estaban en su casa, en Burlada, y cuando yo bajaba a Burlada era para ver atletismo en las pistas y soñar a correr y ver fútbol en El Soto y soñar a jugar. Una mañana me desperté en San Sebastián y estaba mi padre delante. Había hecho aquellos 100 kilómetros de antes solo para que cuando me despertara lo primero que viera fuera a él diciéndome que el abuelo había muerto, tranquilo, en su cama de Burlada. Me echo las siestas en esa cama, pero no he leído las novelas que hay en los estantes. Tendría que haberlo hecho antes y ver menos deportes. Aunque si lo hubiese hecho quizá ahora no estaría escribiendo esto. Silver Kane es Francisco González Ledesma, padre de Enric González, el periodista de cuantos he leído últimamente que mejor mira de frente mirando de medio lao. Seguro que le haría ilusión saber que en Pamplona hay un señor que tiene un perrito negro de apenas unos meses que también mira de medio lao y que quizá no le lee a él pero que sí lee a su padre. Y a Marcial Lafuente Estefanía y a Zane Grey. Mira de medio lao para ver si quien se le acerca viene con buenas o malas intenciones, si le va a dejar o no una moneda en el cuenco de plástico que hace las veces de caja fuerte. Con esas monedas, se compra algo caliente, tal vez un vino, algún cigarro, comida para el perrito y, con lo que le sobra, entra en la Casa del Libro de Estafeta y le compra a Carmelo alguna novelita nueva de Silver Kane. En las novelas del Oeste siempre ganaban los buenos, por eso a mi abuelo le gustaban tanto, y por eso este señor que desayuna café con leche hace lo mismo, atento a ver quién es el siguiente y a si su perro mueve o no la cola y así tienen para leer.

Diario de Noticias de Navarra, 30 de noviembre de 2011

28 de nov. 2011

Crónica sentimental en rojo, de Francisco González Ledesma

Esta novela ya tiene algún tiempo, para ser exactos 27 años. Fue premiada en 1984 con el premio Planeta, premio por otra parte que ya sabemos que su montante económico es inversamente proporcional a la calidad que atesoran los libros premiados (hace unos años el segundo premio recayó sobre La vida en el abismo de Ferran Torrent, autor tuerto y reinante en la corte de los ciegos absolutos, con el que tengo el no gusto de compartir espacio en el pueblo dormitorio donde habito). Pero mi baja forma y, por otra parte, mi iluso deseo de reconciliarme alguna vez con estos premios, me hizo intentarlo de nuevo. Bueno, tal vez mi estado de dejadez y alicaimiento haya contribuido a no sentirme estafado de nuevo.

El pecho recién cortado de una niña, descubierto por una juez de Barcelona en su casa de la playa, un policía, Méndez, impotente, desengañado, pragmático, mordaz, caustico, fatalista, metomentodo y de vueltas de todo, una enrevesada herencia que no acaba de resolverse, un exboxeador metido a equivoco guardaespaldas, periodistas con menos escrúpulos de los que aparentan o fracasados detectives que sueñan con mujeres rollizas de una noche. Zonas del alma en las que se entremezclan la burguesía decadente y exquisita con el lumpemproletariado sacado de los agujeros más profundos de la sociedad y personajes que aparecen y desaparecen sin solución de continuidad, tragados por la noche de algodón y los cuerpos en los coches que buscan su lugar en el sol.

El mérito principal de esta novela negra, negrísima, reside en una sutil y deliciosa incorrección política, que dudo que hoy hubiera sido admitida, en esta sociedad tan pacata, correcta, aséptica, banal y carente de originalidad. Sarcástica y dura en las dosis justas para descubrir el autentico mosaico de una Barcelona todavía preolímpica, llena de tugurios infectos, bares con olor a grasa rancia, travelos que viven al borde del abismo huyendo con la todavía presente Ley de peligrosidad social, yonkis y camellos que circulan y danzan en el filo de la navaja, prostitutas que aun recuerdan a los compañeros de Durruti, nos sumerge en la “otra” Barcelona, la alejada del modernismo y el glamur, esa que de tantas veces que la has visitado consigue provocarte rechazo y atracción a partes iguales (lo cual viniendo de mí es todo un elogio; siento autentica repulsión por todos los núcleos urbanos de más de 300 almas). Una Barcelona posiblemente más real y vitalista, con ese atractivo que nos ofrece el lado oscuro de la vida, hundida en la verdadera realidad, donde Méndez, personaje que suele aparecer en casi toda la obra policiaca de Francisco González Ledesma, ilustre hijo del Poble Sec barcelonés, especie de Chester Himes a la catalana, tachado de rojo y pornográfico por la censura pre-democrática; purga sus desengaños y frustraciones, con dosis de humor y descreimiento.

Los defectos son claros, nos queda a desmano mucho de lo que cuenta, empezando por la estampa de El Molino de Barcelona que aparece en portada (hoy en día en vías de reconversión al burlesque más revival), inconexiones evidentes en la trama y perdidas del hilo conductor cuando intenta mostrarnos el pensamiento interior de los personajes. Aunque he de reconocer que no me pareció nada inferior a muchas obras de Léo Malet y aunque la sombra de Manuel Vázquez Montalbán es demasiado alargada y evidente, no me desmerece nada Méndez a Nestor Burma, Montalbano o Jaritos, tal vez porque nunca tuve especial predilección por el gastronómico Carvalho.

-¿En qué cree usted realmente Méndez? ¿En qué?
-No lo sé – dijo el viejo policía-, pero no es extraño que no lo sepa. Si usted pregunta hora a la gente de la calle en qué cree, la gente se quedará aterrada y luego le contestará cuatro vaguedades de las que a lo mejor se deduce que no cree en nada, excepto en la comida extra que se va a atizar el domingo. Yo creo en cuatro cosas malolientes y angélicas: una ciudad, unas calles, una cierta cultura urbana, una cierta lógica de la noche. Por supuesto, ya sé que usted no acaba de entenderme, Clos. Hay momentos en que yo mismo no me entiendo tampoco.

O la constatación de que no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor, ni peor. Simplemente fue igual de malo que el actual.

Es curioso ver a lo que hemos tenido que llegar los abogados –dijo Sergi Llor sin contestar directamente-. A saber que la ley no existe, que es un lujo lejano situado en grandes libros que no se leen, grandes edificios que se derrumban y grandes tumbas donde ya no reza nadie. Que el ciudadano está desprotegido, que sólo tiene derechos humanos el verdugo, y quela vida es una inmensa situación de hecho para la que los abogados debemos prever otras situaciones de hecho. La gente que puede gata ya más en guardaespaldas que en consejeros legales, ésa es la realidad. Y la que no puede, gasta en navajas y a veces en clases de kung-fu, esa última delicadez de nuestra cultura. ¿Le estoy exponiendo un panorama negro? Me temo que no exagero, aunque reconozco que los abogados ya sólo servimos para la elegía.

La Voz Crítica, 28 de noviembre de 2011 

11 de nov. 2011

LA BARCELONA DEL INSPECTOR MÉNDEZ


La Biblioteca la Bòbila de L’Hospitalet, primera biblioteca del país especializada en género negro y policíaco, y la Biblioteca de Montbau – Albert Pérez Baró de Barcelona, que cuenta con un fondo especial dedicado a esta especialidad, acaban de poner en marcha el blog La Barcelona de Méndez, dedicado al personaje creado por Francisco González Ledesma y protagonista de novelas comoCrónica sentimental en rojoLas calles de nuestros padresUna novela de barrio o No hay que morir dos veces.




El objetivo de este recurso es el de reunir localizaciones de Barcelona (bares y restaurantes, calles y plazas, cines y teatros, lugares y monumentos) mencionados en los libros de la serie del inspector Ricardo Méndez, con el fin de ofrecer una visión de la Barcelona que el diseño y el turismo están haciendo desaparecer.




Además de los emplazamientos, que pueden encontrarse en un plano de Barcelona (Google Maps),también pueden encontrarse fotografías de diversos lugares de la ciudad y canciones relacionadas.

La Biblioteca la Bòbila, que ya había creado otros recursos relacionados con el género negro y policiaco como el directorio de páginas web gènerenegre.net; la selección de carteles y programas de mano Cartellera Noir; el blog del Club de Lectura de Novel•la Negra de la biblioteca; y otros más específicos como los dedicados a la colección La Cua de Palla, a la relación de Pepe Carvalho i els llibres y a la revista Gimlet; desde enero de 2008 mantiene el blog Francisco González Ledesma: dossier de premsa, que agrupa artículos de prensa, entrevistas de radio y televisión, y otras informaciones aparecidas sobre el gran autor.




RICARDO MÉNDEZ

Personaje creado en 1983 por Francisco González Ledesma. Viejo inspector de la policía de Barcelona que no acaba de jubilarse porque, como él mismo confiesa, se moriría de asco en una pensión. Es un perdedor, desengañado de la vida, hijo de los bajos fondos barceloneses, pero gran conocedor de la cara oculta de los barrios altos. No lo han ascendido nunca, lo que no le preocupa lo más mínimo, ya que cada vez menos cree en la ley oficial y opta más por interpretar la justicia a su manera. Con el tiempo se ha ido volviendo más blando y cínico, hasta el punto que sus superiores se plantean separarlo del servicio.




Méndez no cree ni en el Estado ni en la justicia, su credo es la moral individual y la ley de la calle. Siempre lleva los bolsillos llenos de libros. De vuelta de todo, profundamente escéptico respecto a la naturaleza humana, mira el mundo que le rodea con una mirada muy crítica.



Javier Coria, 11 de noviembre de 2011

7 de nov. 2011

La Barcelona de Méndez, nou blog dedicat al policia creat per Francisco González Ledesma


Creat per les biblioteques la Bòbila i Montbau de Barcelona

La Biblioteca la Bòbila, especialitzada en el gènere negre i policíac, ha posat en marxa el blog La Barcelona de Méndez, dedicat al personatge creat per Francisco González Ledesma i protagonista de moltes de les seves novel·les policíaques.

El blog reuneix localitzacions de Barcelona (bars, restaurants, carrers, places, cinemes, teatres i monuments) que surten als llibres protagonitzats per l’inspector Ricardo Méndez, una Barcelona que en part està desapareixen. Totes aquestes localitzacions conformen la història del policia Méndez de llibres com Crónica sentimental en rojo, Las calles de nuestras padres, Una novela de barrio o No hay que morir dos veces. Els fans d’aquestes novel·les tindran catalogats els bars, restaurants, carrers i places on Méndez resol els casos policials més complicats.

A més de les descripcions, també es podran trobar en un plànol de Barcelona de Google Maps tots i cadascun dels emplaçaments que apareixen a les novel·les, amb fotografies de diferents indrets de la ciutat i cançons relacionades.

La Biblioteca la Bòbila manté des del 2008 el blog Francisco González Ledesma: dossier de premsa, que recull articles de premsa, entrevistes de ràdio i televisió, i altres informacions aparegudes sobre l’autor.

La creació del blog La Barcelona de Méndez ha estat possible gràcies a la col·laboració de la biblioteca de Montbau-Albert Pérez Baró, de Barcelona, que també compta amb un important fons bibliogràfic de gènere negre.

Recordem que la Bòbila disposa d’altres recursos relacionats amb el gènere negre i policíac com el directori de pàgines web gènerenegre.net; el recull de cartells i programes de mà Cartellera noir; el blog del Club de lectura de novel·la negra; i d’altres més específics com els dedicats a la col·lecció La cua de palla, a la relació de Pepe Carvalho i els llibres i a la revista Gimlet.

digital-h.cat, 7 de novembre de 2011

4 de nov. 2011

La Barcelona de Méndez, un nou recurs sobre Francisco González Ledesma


La Biblioteca la Bòbila de l’Hospitalet, primera biblioteca del país especialitzada en gènere negre i policíac, i la Biblioteca de Montbau – Albert Pérez Baró de Barcelona, que compta amb un fons especial d’aquesta especialitzat, acaben de posar en marxa el bloc La Barcelona de Méndez, dedicat al personatge creat per Francisco González Ledesma i protagonista de novel·les com Crónica sentimental en rojo, Las calles de nuestros padres, Una novela de barrio o No hay que morir dos veces.

L’objectiu d’aquest recurs és el de reunir localitzacions de Barcelona (bars i restaurants, carrers i places, cinemes i teatres, llocs i monuments) mencionats en els llibres de la sèrie de l’inspector Ricardo Méndez, per tal d’oferir una visió de la Barcelona que el disseny i el turisme estan fent desaparèixer.

A més dels emplaçaments, que poden trobar-se en un plànol de Barcelona (Google Maps), també s’hi pot trobar fotografies de diferents indrets de la ciutat i cançons relacionades.

La Biblioteca la Bòbila que ja havia creat altres recursos relacionats amb el gènere negre i policíac com el directori de pàgines web gènerenegre.net; el recull de cartells i programes de mà Cartellera Noir; el bloc del Club de Lectura de Novel·la Negra de la biblioteca; i d’altres de més específics com els dedicats a la col·lecció La Cua de Palla, a la relació de Pepe Carvalho i els llibres i a la revista Gimlet; des del gener de 2008 manté el bloc Francisco González Ledesma: dossier de premsa, que recull articles de premsa, entrevistes de ràdio i televisió, i altres informacions aparegudes sobre el gran autor.

El blog de Negra y Criminal, 4 de noviembre de 2011

3 de nov. 2011

La Barcelona de Méndez, nuevo blog de novela negra


La Barcelona de Méndez es un blog dedicado al inspector de policía Ricardo Méndez, protagonista de algunos de los libros del escritor Francisco González Ledesma. Su objetivo es reunir todas las localizaciones de Barcelona (bares y restaurantes; calles y plazas; cines y teatros; sitios y monumentos) que se mencionan en los libros del inspector Ricardo Méndez con el fin de ofrecer una visión nostálgica de una Barcelona pintoresca en vías de desaparición.

Además de los emplazamientos, que pueden verse sobre un mapa de Barcelona (Google Maps), también pueden encontrarse fotografías de diversos espacios de la ciudad y canciones relacionadas con estas novelas.

En la realización del blog han trabajado conjuntamente la Biblioteca Montbau - Albert Pérez Baró de Barcelona (especializada en novela negra) y la Biblioteca La Bòbila de L'Hospitalet de Llobregat (que cuenta con un fondo especial dedicado al género negro y policíaco).
 
Biblioteques de Barcelona, 3 de noviembre de 2011

13 d’oct. 2011

Francisco González Ledesma, II Premio José Luis Sampedro en 'Getafe Negro'

Getafe Negro ha otorgado al escritor Francisco González Ledesma el II Premio José Luis Sampedro. El galardón reconoce a autores que han acreditado en su trayectoria creadora y dentro de cualquier género literario, "un nivel de excelencia, innovación y/o originalidad sobresalientes, teniendo en cuenta, además, muchos otros valores humanistas como el compromiso con su tiempo, la contribución al fomento de la cultura, la solidaridad entre las personas, la conformación de una conciencia crítica y la defensa de las libertades y derechos fundamentales".

La entrega del premio, a cargo del Alcalde de Getafe, Juan Soler y José Luis Sampedro, tendrá lugar el próximo domingo 16 de octubre en el Teatro-Auditorio Federico García Lorca de Getafe. Victoria González, hija de Francisco González Ledesma, recogerá el premio en nombre de su padre. En el mismo acto se hará entrega del Premio de novela negra Ciudad de Getafe a David C. Hall por su novela Barcelona Skyline.

En palabras de Lorenzo Silva, comisario de Getafe Negro, "Francisco González Ledesma, creador del inolvidable inspector Méndez y rastreador emocionado y emocionante, a través de su Barcelona natal, del corazón perdido de nuestras ciudades, con su mezcla de afanes, miserias y grandezas. Y junto a esto, y por encima de todo, un escritor, alguien que cree en el poder sanador y reparador de las palabras, que no corrigen las injusticias, pero nos permiten nombrarlas."

El jurado del premio ha estado presidido por Juan Soler, Alcalde de Getafe; y formado por Lorenzo Silva, comisario de Getafe Negro; D. Jesús Ayuso, de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura; Luis Alberto de Cuenca, representante de la Dirección General de Archivos Bibliotecas y Museos de la Comunidad de Madrid; Montserrat Iglesias, vicerrectora de Cultura y Comunicación de la Universidad Carlos III de Madrid; Ramón Pernas, director de Ámbito Cultural de El Corte Ingles; y Fernando Baeta, director del Elmundo.es.

Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927) es periodista, guionista de historietas y novelista especializado en género policiaco. Considerado como uno de los principales impulsores de la novela negra de corte social en España, fue novelista precoz y se inició escribiendo guiones de historietas para la editorial Bruguera.

En 1948 obtuvo el Premio Internacional de Novela con Sombras viejas, por el que sufrió la censura franquista, obligado a dedicarse primero a la abogacía y al periodismo. Sus novelas Los napoleones, Las calles de nuestros padres y Expediente Barcelona solo pudieron ser publicadas con la transición política a la democracia.

En 1984 recibió el Premio Planeta por Crónica sentimental en rojo. El protagonista de sus novelas, el comisario Ricardo Méndez, que aparece por primera vez en la novela Expediente Barcelona, es una mezcla de escepticismo y pundonor, sigue los cánones del relato criminal. Méndez aparece por vez primera en esta novela e inaugura una serie novelística que, junto a la propia ciudad de Barcelona, constituye el nexo central de sus novelas. En 2009 recibió la Medalla de Oro de la ciudad de Toulouse (Francia).

Europa Press, 13 de octubre de 2011


27 d’ag. 2011

Un paseo por la novela popular española

A lo largo del siglo XX, un nutrido grupo de autores españoles, algunos de los cuales utilizaban seudónimos anglosajones, inventaron miles de historias del oeste, sentimentales, policiacas, aventuras, terror y ciencia ficción que fueron acogidas masivamente por el público.
Entre esos escritores, que no pasarán a los anales de la literatura española porque crearon productos de evasión y no novela culta, estaban Marcial Lafuente Estefanía, Corín Tellado, Juan Gallardo -que firmaba con seudónimos como Curtis Garland- y Francisco González Ledesma, agazapado tras el de Silver Kane.
El documental de José Manuel Delgado Tiros y suspiros: un paseo por la novela popular española analiza aquel fenómeno social con la ayuda de cuatro expertos: Fernando Eguidazu, Ramón Charlo, Jesús Cuadrado y José Carlos Canalda.


20 d’abr. 2011

Il ne faut pas mourir deux fois

Thomas Bauduret

Fellini revu par Almodovar

Il ne faut pas se fier au surtitre "Une enquête de l'inspecteur Méndez" de la quatrième de couverture et s'attendre à un polar à l'ancienne : il y a autant de différence entre, disons, un Wexford et un Méndez qu'entre une tasse de thé dans un pub Londonien et un shot de tequila arrosé d'une pinte dans une calle de Barcelone. L'un et l'autre peuvent se savourer, mais pas de la même façon ni au même moment... Retour de Méndez donc, le vieux chien méprisé de tous, flic au bord de la retraite, au bord de tout, mais qui refuse néanmoins d'abandonner son os tant qu'il ne l'aura pas rongé jusqu'au bout...

Francisco González Ledesma commence fort avec une série de faits chocs apparemment sans rapports : un pacte de suicidés qui fait qu'une femme tue son mari au moment même de leur mariage, l'horreur d'une maison où l'on prostitue une jeune trisomique, l'itinéraire d'un tueur à gages de fortune qui porte la taule en lui, sur lui comme une seconde peau... Tout ce petit monde digne d'un film de Fellini revu par Almodovar semble s'agiter au ralenti, suivant son itinéraire du zéro à l'infini jusqu'à un final assez extraordinaire dans lequel, bien sûr, toute les pièces s'emboîtent — et dans lequel l'auteur démontre que lui aussi peut faire dans le grand spectacle s'il le veut.

S'il décrit l'horreur au quotidien, la patine des choses et le long cheminement inéluctable qui mène à un moment de violence absurde, Francisco González Ledesma le fait de façon factuelle, réservant ses plus belles pages à des descriptions empreintes d'une sorte de lyrisme doux-amer, le tout se clôturant en beauté par un dernier chapitre fuligineux qui donne une touche profondément humaniste à l'ensemble. Mais Francisco González Ledesma semble mépriser les gros effets de cymbale, préférant une petite musique qui devient de plus en plus entêtante au fur et à mesure du roman.

Loin de l'intrigue complexe, des personnages fouillés, c'est cette impression lancinante qui reste en mémoire, celle d'avoir parcouru le même chemin que les personnages (fussent-ils peu reluisants) sous l'égide d'un démiurge diabolique. C'est ce qui fait de Francisco González Ledesma un auteur décidément hors norme, aidé par une traduction qu'on imagine impeccable. Le tout avec la qualité de fabrication habituelle des livres de L'Atalante qui en fait un ouvrage qu'on a plaisir à mettre en avant dans sa bibliothèque. Ce qui n'est pas négligeable non plus…

On en parle : La Tête en noir n°148

Citation: Méndez était un chien des rues, or ces bêtes-là désobéissent.

K-Libre, 20 avril 2011

1 de març 2011

Crónica sentimental en rojo. Francisco González Ledesma

Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927) es periodista, guionista de historietas y novelista español especializado en el género policiaco.

Con cinco años ya contaba historias a cambio de merienda en el patio del colegio público donde acudía. Muy pronto marchó a Zaragoza, a casa de una tía para estudiar en un colegio religioso de cuyas sórdidas relaciones curas-alumnos dejó constancia en su libro Tiempo de venganza.

En 1941, ocuparon su lugar otros de sus hermanos y volvió a Barcelona, al barrio de Poble Sec. Cursó el Bachillerato en los Escolapios y en el instituto Balmes; en este último encontró profesores que le enseñaron y estimularon, como Guillermo Díaz-Plaja; la tía de Zaragoza sufragaba los estudios siempre y cuando no hubiera suspensos. Ya entonces comenzó a llevar originales a la Editorial Molino. Novelista precoz, se inició escribiendo guiones de historietas para la editorial Bruguera y novelas del Oeste que entrega a un ritmo de una a la semana, bajo el pseudónimo Silver Kane, lo que le proporciona oficio y recursos literarios, además de permitirle costearse la carrera de Derecho.

Obtuvo en 1948, con solo 21 años, el Premio Internacional de Novela, instituido por el editor Josep Janés por su novela Sombras viejas y en cuyo jurado se encontraba Somerset Maugham y Walter Starkie. Sin embargo, la censura franquista prohibió su publicación, tildando a su autor de “rojo” y “pornógrafo”, lo que le sumió en el silencio como novelista y le llevó a dedicarse primero a la abogacía y, después, al periodismo, en el Correo Catalán y, durante 25 años, en La Vanguardia, donde llegó a ser redactor jefe. Ambas profesiones le proporcionaron un buen conocimiento de la sociedad, de las calles de Barcelona, de los políticos y del mundo de las finanzas, que utilizaría en sus futuras novelas.

Continuó, mientras tanto, con su producción historietística. En total, habría compuesto unos trescientos títulos bajo el seudónimo de Silver Kane. Escribió también Los napoleones, Las calles de nuestros padres y Expediente Barcelona (finalista del Premio Ciutat de València, en 1983), que sólo pudieron ser publicadas con la transición política a la democracia. En 1984 recibió el Premio Planeta por Crónica sentimental en rojo lo que le supuso notable popularidad y muchos ánimos para seguir escribiendo.

Su novela Expediente Barcelona fue traducida y publicada por la prestigiosa editorial francesa Gallimard, lo cual le proporcionó un prestigio y éxito editorial en Francia muy superior del que goza en España, hasta el punto de que sus nuevas novelas aparecen publicadas antes en el país vecino. El protagonista de sus novelas, el comisario Ricardo Méndez, mezcla de escepticismo y pundonor, sigue los cánones del relato criminal. Méndez aparece por vez primera precisamente en Expediente Barcelona e inaugura una serie novelística que, junto a la propia ciudad de Barcelona, constituye el nexo central de sus novelas.

En Crónica sentimental en rojo narra la historia de una juez de Barcelona -mujer opulenta y dada a todas las vicisitudes del topless- que descubre en su casa de playa el pecho recién cortado de una niña, y ello lleva a resucitar una historia de ambiciones familiares, de pactos subterráneos y de ambiciones secretas mantenidas cn el sigilo de las mejores familias. No sabía, sobre todo, que iba a resucitar una desesperada historia de amor, una verdadera “Crónica sentimental” que desde el principio estuvo teñida con el amarillo de la nostalgia y el rojo de la sangre. Pese a la nostalgia y la sangre, esta novela es más mucho más, que un relato policíaco, por apasionantes qu resulten su técnica y su suspense desde el primer grito hasta la última confesión y la última sorpresa. Es una historia social cuyas raíces se hunden en la entraña de Barcelona, en los despachos de sus abogados, las redacciones de sus periódicos, las residencias de los que tienen un futuro en forma de cuenta bancaria y los cuchitriles de los que sólo tienen un pasado en forma de ficha policial. Es una novela sarcástica y dura, tan directa como unimpacto, dotada a veces de una elegante crueldad, pero también de una inolvidable ternura. El viejo inspector Méndez, que ya ha aparecido en otras novelas del autor, oficia en las tinieblas de “otra” Barcelona que el lector irá descubriendo poco a poco, emoción a emoción.


Il noir spagnolo (II e ultima parte)

Oltre a Mendéz l’altra protagonista di tutti i suoi romanzi è Barcellona, luogo amato da dove hanno origine tutte le storie. Barcellona, città amata "dunque un luogo spietato e sentimentale, tenero e osceno, squisito e orribile. Come tutti i luoghi storici, insomma", secondo le parole dello stesso Ledesma.

Le storie che danno origine alle trame sono vere, o rielaborazioni dal vero.

Ha detto in un’intervista: ”Sono figlio della guerra civile, ho visto la sofferenza nelle strade di Barcellona, la Barcellona delle strade è la più autentica e tutti i miei personaggi sono veri, presi dalla strada.”

Sul motivo per cui fin dall’inizio ha scelto il genere poliziesco Ledesma ha risposto che all’inizio della carriera di scrittore non si era posto il problema del genere. Quello che voleva era parlare della sua città, della guerra, del dopoguerra e della repressione franchista. Nel periodo della “Transizione”, capì che la novela negra era il tipo di letteratura che più di qualsiasi altra gli forniva gli strumenti per addentrarsi nella realtà e raccontarla.

Le trame dei suoi romanzi sono articolate e affollate, ma non per questo perdono ritmo narrativo e profondità psicologica dei personaggi, anche dei minori.

La sua scrittura è poetica e ironica al tempo stesso.

Bibliografia italiana di Francisco Ledesma

Soldados, Meridiano Zero, 1999
Le strade dei nostri padri, Hobby e Work, 2000
Mistero di strada, Giano, 2008
Cinque donne e mezzo, Giunti Editore, 2009
Storia di un Dio da marciapiede, Giano, 2009
La dama del Kashmir, Giano, 2009
Cronaca sentimentale in rosso, Giano, 2010
Non si deve morire due volte, Giano, 2010

Alcuni di essi (Cronaca sentimentale in rosso, La dama del kashmir e Storia di un Dio da marciapiede) avevano già trovato la strada per la traduzione italiana (tutti presso Mondadori), ma sarà probabilmente l’edizione di Soldados nel 1999 a riportare l’attenzione sull’ autore spagnolo.

Siti Internet & pagine Web su Ledesma:

http://gonzalezledesma.blogspot.com/  (DOSSIER DE LA BIBLIOTECA LA BOBILA) (in lingua spagnola)

I noir di Susanna, 1 de marzo de 2011

23 de febr. 2011

Francisco Gonzalez Ledesma

Ho scoperto l'autore catalano al festivaletteratura di Mantova 2009 e mi ha colpito per quello che ha raccontato della sua vita, segnata dalla transizione della Spagna del franchismo alla democrazia, per l' estrema coerenza delle idee e il senso etico che trasmette nelle sue opera.

Così ho cominciato a leggerne i romanzi e ... non l'ho più lasciato. Per questo motivo l'ho scelto come oggetto della relazione tenuta al convegno "A qualcuno piace giallo" che si è tenuto a Pistoia il 28,29 e 30 gennaio.


Il giallo spagnolo parla catalano

Di novela negra si comincia a parlare negli anni 70: la fanno da padrone Vazquez Montalban con il suo investigatore privato Pepe Carvalho e Francisco Garcia Pavon, quest’ultimo pubblicato nei Gialli Mondadori alla fine degli anni 60. In anni più recenti i nomi che ricorrono sugli scaffali delle librerie italiane sono Arturo Perez Reverte, con i suoi personaggi che ricalcano gli stilemi dei romanzi di “cappa e spada” di antica memoria, Ildefonso Falcones che mescola giallo storico a grandi sentimenti ed emozioni, Andreu Martin che ha fatto incontrare il giallo a enigma caro a Conan Doyle e Agatha Christie al realismo della scuola americana dell’ hard boiled.

Fra le signore, Alicia Gimenez Bartlett, creatrice della bizzarra coppia di investigatori Pedra Delicato e Firmin Garzon, Matilde Asensi con i suoi mistery medievali e, recentissimamente, Teresa Solana, direttrice della Casa del Traduttore prestata alla letteratura.

Quasi tutti gli autori che ho citato sono barcellonesi o ci vivono da anni.

Non ho ricordato Francisco Gonzalez Ledesma in quanto è oggetto di questa relazione.

Francisco Gonzalez Ledesma è nato nel 1927 nel quartiere barcellonese di Poble sec, a pochi isolati dalla casa natale di Montalban, con il quale ha molti punti di contatto. Sono stati entrambi giornalisti di sinistra, hanno attraversato il periodo della guerra civile e sono stati oppositori del regime franchista fondando il sindacato degli scrittori clandestini.

Letteratura e i temi sociali si intersecano indissolubilmente.

F G L ha cominciato a scrivere romanzi a 17 anni.

Studia giurisprudenza e diviene avvocato specializzato nel diritto successorio catalano, diverso da quello del resto della Spagna. Ancor oggi è consulente giuridico. Diviene un avvocato di successo e guadagna bene, cosa che gli permette di accettare gratuiti patrocini e di difendere oppositori del regime in processi politici.

L’esercizio della professione forense lo mette in contatto con il mondo della criminalità ma anche con l’alta società barcellonese; incontri che trasfonderà nei suoi romanzi.

A ventun’ anni decide di lasciare l’avvocatura perché capisce che le leggi non sono applicate secondo giustizia e non vuole perdere “la sua anima”. “Era un mestiere molto difficile sotto il franchismo – dice in un’ intervista – perché non c’erano delle vere leggi ma la discrezionalità dei tribunali. Sono stato difensore nei processi politici ma non avevo nessuna garanzia. Poi, ho difeso dei benestanti. Guadagnavo molto ma perdevo l’anima. Ho deciso di smettere”.

Si dedica al giornalismo divenendo poi capo redattore del settimanale La Vanguardia. Continua a scrivere romanzi sotto lo pseudonimo americanizzante di Silver Kane perché al tempo tutto quello che era culturalmente commerciabile doveva essere americanizzato. Comincia così una prolifica carriera di romanziere di storie popolari d’azione e polizieschi. Spinto dalle necessità economiche ne scrive più o meno 400. Sono la sua palestra letteraria.

Nel ‘48, a 21 anni, vince il premio Internacional de Novela con il romanzo Sombras viejas. Il romanzo non viene pubblicato in Spagna a causa dell’opposizione della censura franchista che lo bolla di “rosso, catalano e pornografo”.

Anche il suo secondo romanzo, Los Napoleones, nel ‘64 subirà la stessa sorte. Sarà pubblicato soltanto nel 77 con il ritorno della democrazia in Spagna. Durante il franchismo il poliziesco non esisteva ufficialmente perché il crimine non esisteva.

Nel 1984 vince il prestigioso Premio Planeta per i romanzieri di lingua spagnola con “Cronaca sentimentale in rosso” e nel 2007 con “Mistero di strada” il premio Novela nigra.

Nell’83 compare per la prima volta l’ispettore Mendez nel romanzo Espediente Barcelona. Mendez è un poliziotto di strada, abituato a fare servizio nei quartieri più poveri, è amico di prostitute e di piccoli delinquenti costretti dalla miseria a una vita ai margini della società. E’ scettico e disincantato ma mai cinico. C’è sempre una umana pietas nelle sue azioni. Sta dalla parte dei più deboli e per questo motivo rimarrà per tutta la vita un modesto ispettore disprezzato dai suoi superiori.

FGL racconta che Mendez è il prodotto dell’osservazione di quattro poliziotti che ha conosciuto personalmente. Uno era una guardia del corpo di un generale e campione di tiro che un giorno si era dimenticato la pistola a casa. Un altro arrestava i pregiudicati allungando il distintivo e gridando “Polizia!”.

Il pregiudicato per risposta urlava “Quale polizia?” e faceva volare il distintivo in aria con un calcio.

Il terzo portava la pistola caricata a salve e un sasso in tasca. Nell’inseguimento sparava a salve e contemporaneamente tirava il sasso. L’inseguito si gettava a terra urlando: “Mi ha ammazzato”.

L’ultimo era un italiano conosciuto in un albergo a Taormina. Il poliziotto era lì per un convegno sulla lotta alla mafia. Gli confidò durante un’intera nottata, quanto fosse dura la vita del poliziotto, fra appostamenti defatiganti e leggi non sempre giuste.

Mendéz sa che a volte la legge e la giustizia entrano in conflitto e sa che molte leggi esistono per fornire scappatoie giuridiche a qualcuno e non per fini di giustizia.

Mendés è in fondo un buono che non tollera due cose: la violenza sulle donne e sui bambini e in questi casi diventa spietato.

Nel romanzo “ La dama del Kashmir” c’è un passo godibilissimo in cui Mendez cita a un amico giornalista che deve scrivere un pezzo sull’entrata in vigore del nuovo codice di procedura penale. Mendez cita con autorevolezza un certo articolo 26 e il giornalista lo riporta nel suo articolo. Le conseguenze non si faranno attendere.

Eccolo: “ Per l’articolo 26 il governo a sua discrezione può sbattersene i coglioni delle leggi della nazione”.

1 (segue)

I noir di Susanna, 23 febbraio 2011

10 de gen. 2011

‘El Teniente Negro’ de Silver Kane y José Grau: recuperando el tiempo pasado

Herme Cerezo

El Teniente Negro’ es un cómic que adopta el esquema clásico del trío masculino protagonista (el propio Teniente Negro; Rikky, el impulsivo jovencito; Ursus, el grandote – sin duda tomó su nombre de su homónimo de la novela ‘Quo vadis?’ de Henryk Sienkiewicz –), acompañado por la heroína de turno (Leonor, en esta ocasión). Este esqueleto básico, probablemente importado de ‘El Capitán Trueno’ (Trueno, Crispín, Goliat y Sigrid) o quizá de ‘El Guerrero del Antifaz’ con un protagonista menos (El Guerrero, Fernando y Ana María), se repetiría frecuentemente en otros cómics de Bruguera aunque con matices: ‘El Sheriff King’ (King, Dandy Evans, Gordo y Cinthia), ‘El Jabato’ (Jabato, Taurus, Fideo y Claudia) o ‘El Corsario de Hierro’ (El Corsario, Mack Meck, Merlíni y Bianca d’Orsini o la Capitana Dagas). Y realmente siempre terminaba por dar buen juego con el lector, porque en todos los casos estos héroes venían acompañados de los tradicionales malvados (Tenebris, Sinaú de Esmirna, Turjan Pacha, Lord Bemburry, entre otros muchos), seres infernales a los que se infringen derrotas parciales, pero a los que nunca se les termina de ganar la guerra. ¿El criminal nunca gana?

El planteamiento inicial de ‘El Teniente Negro’ juega a las contradicciones: un nordista, que se tiñe la cara de maquillaje negro, ciertamente con una rapidez pasmosa, que es el doble de un acaudalado, atildado y ñoño pisaverde, Richard Blake (¡Toma ya apellido!, para que no queden dudas), e imparte justicia precisamente en territorio sudista en plena Guerra de Secesión. Como señaló en su momento Salvador Vázquez de Parga en su libro ‘Los cómics del franquismo’ (Planeta, 1980), este tebeo pertenece a ese grupo de cómics en los que se ensalzaba la figura del superhéroe, entendiendo por tal a “un superhombre que reúne en su persona todas aquellas ideas, sentimientos y actitudes que el sistema trata de imbuir a sus ciudadanos, un dechado de perfección elevado sobre el nivel de los demás hombres por poseer en su plenitud un compendio de virtudes ideales que en los otros únicamente puede hallarse forma parcial o incompleta”. Por supuesto, este modelo no conlleva poderes sobrenaturales al estilo de los superhéroes americanos, no sólo mal vistos por el franquismo sino también, en algunos casos, prohibidos por motivos religiosos. Estamos antes un tipo que sólo desde su humanidad potencia “al máximo sus facultades de hombre para llegar a ese grado superlativo que lo convertirá en un hombre nuevo, en un auténtico superhéroe”. Este nordista teñido de negro es un sujeto que, llevado por su arrojo y hombría de bien – él representa la norma, la justicia, lo que debe ser –, no duda en repartir mamporros, destrozar mobiliarios o casas enteras y disparar cuantas veces sea preciso, no importan muertos ni daños colaterales.

El Teniente Negro’ fue obra de dos autores españoles: el dibujante José Grau (Valencia, 1914-1998) y el guionista Silver Kane (alias Francisco González Ledesma, Barcelona, 1927), escritor represaliado y prohibido por el régimen tras ganar el Premio Internacional de novela Plaza&Janés con su obra ‘Sombras viejas’, que le valió ser tachado de por vida como “rojo y pornógrafo”. No deja de llamar mi atención la versatilidad de Silver Kane, capaz de escribir más de cuatrocientas novelas del Oeste, de guionizar varias series de cómics (‘El Inspector Dan’ o ‘El mosquetero azul’), de ejercer de jurista en la propia editorial Bruguera, de constituirse en jefe de redacción del diario ‘La Vanguardia’ y, con el advenimiento de la democracia, de recuperar su oficio de escritor, ahora ya en la superficie, exonerado de lacras, sin verse obligado a vivir ninguna doble vida y conquistando el Premio Planeta en 1984 con su novela ‘Crónica sentimental en rojo’. La de horas extras que debió invertir González Ledesma para sacar adelante a su familia. Con relación a su trabajo en ‘El Teniente Negro’, nos encontramos con un guión bastante prototípico para este tipo de series. Los disparos, los pistoleros y las acciones heroicas se suceden una viñeta tras otra sin solución de continuidad, recurriendo en ocasiones a soluciones “mágicas”, extraídas de la manga en el último instante, para permitir la supervivencia del protagonista (y de la serie, claro).

En la otra parte, en la gráfica, el dibujo de José Grau cumple su cometido con suficiencia aunque las perspectivas fallen a veces, las proporciones (cabeza de caballo/cabeza de jinete, por ejemplo) no sean siempre las más adecuadas y algunas posturas de los personajes guarden un equilibrio imposible (cuando algún malandrín pega patadas, el agresor está más próximo a la caída que el propio agredido). Grau, sin embargo, se manejó bien en las viñetas de las calles de Little River, en las sombras arquitectónicas, en las armas y las indumentarias. Sin excesivas florituras, consiguió normalmente los efectos buscados.

La serie de ‘El Teniente Negro’ comenzó a publicarse en el año 1962, bajo formato de revista de doce páginas, y se prolongó durante treinta semanas. Grau fue siempre su dibujante, mientras que Silver Kane, a partir del número veinticuatro, fue sustituido por un tal Mark Gilbert, probablemente el seudónimo de algún escritor español del momento no identificado todavía. La presente reedición de la colección completa, que incluye un prólogo escrito por Hernán Migoya que no tiene desperdicio, a cargo de Ediciones Glénat S.L., constituye una magnífica oportunidad de recuperar aquella serie, aquellos personajes y aquellos años que ya pasaron.

Quizá, como dice Migoya, el ambiente que envuelve ‘El Teniente Negro’ fuera un espejo, llevado al noveno arte, de lo que ocurría en la España de los años cuarenta, cincuenta y sesenta, en los que la autoridad se ejercía con dureza, sin mano temblorosa, en nombre de Dios y del orden establecido. Quizá fuera una forma encubierta de denunciar esta situación o de agitar las mentes de los españoles de la época. O quizá no, y sólo constituyera un ejercicio de entretenimiento más. Lo cual, para los tiempos que corrían, tampoco venia nada mal.

- ‘El Teniente Negro’ de José Grau y Silver Kane.
- Tapa dura, 248 páginas en blanco y negro con reproducción de portadas en color.
- Ediciones Glénat S.L., año 2010.
- Precio: 19,95 €.

Siglo XXI, 10 de enero de 2011

4 de gen. 2011

No hay que morir dos veces de Francisco González Ledesma

La contraportada reza:

Una niña que vive aislada en una casa que recibe demasiadas visitas, un hombre que acepta el encargo de volver a matar, una novia que dispara a su prometido en plena boda. ¿Tienen algo en común estos crímenes?

Tras este comienzo que nos deja sin aliento, se desgranarán todas las pruebas y seguiremos todas las pistas a través de las calles de Barcelona en esta novela apasionante que descubre el alma del asesino. La vida y la muerte conviven en esta trama adictiva, que se convierte en un reto para el lector, demostrándonos que la línea entre ambas es más fina de lo que parece.”

Primera línea: “La tumba estaba cerca de la calle principal de la barriada de Pueblo Nuevo, en el cementerio donde todas las tumbas son viejas.”

Veinticinco o veintisiete años después de hacer su primera aparición, no hay acuerdo en el dato, Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927) nos ofrece una nueva entrega, la décima, de su serie protagonizada por el inspector Ricardo Méndez, un policía no demasiado bueno como él mismo se define. Personaje insólito y difícil de catalogar. Méndez es un policía de barrio que patrulla las calles de Barcelona. No cree en la ley, pero cree en la justicia de la calle. Un superviviente de otra época, honesto y escéptico; curtido por las calles del Raval, el nombre burgués que los inspectores de Sanidad han dado al antiguo Barrio Chino de Barcelona. Ahora sólo interviene, de mala gana, en delitos relacionados con el tráfico de drogas. Un perro callejero, y los perros callejeros no obedecen órdenes.

Méndez se enfrenta en esta ocasión con algunos problemas actuales como la pederastia, el acoso sexual en el trabajo y el terrorismo. El título del libro se explica en una de las historias. Una mujer en cierta ocasión impidió la adopción de un bebé no deseado. Un año más tarde el bebé murió, pero no por su culpa. Ahora cuando tiene un embarazo no deseado, no quiere ser responsable de la muerte de otro ser humano al que nadie quiere. Dedice seguir adelante con su embarazo, no puede matar dos veces.

El lenguaje del libro, aunque grueso en ocasiones, mezcla ternura y lirismo con dosis de ironía y de humor. El argumento está lleno de sorpresas: La acción se desarrolla a un ritmo rápido alternando las diferentes historias que firnalmente convergen. Cada capítulo acaba en su punto más interesante lo que mantiene la atención del lector hasta las últimas páginas. Como señala Lorenzo Silva en la contraportada, González Ledesma ofrece un testimonio lúcido y conmovedor de nuestros tiempos. Muy recomendable. Lamentablemente sus libros no están disponibles en inglés.





Reseñas de No hay que morir dos veces de Herme Cerezo en Siglo XXI y Paco Camarasa en Qué leer.

The Game's Afoot, 4 enero 2011