21 de maig 2008

Una novela de barrio

Pedro de Paz

¿A qué aferrarse cuando a uno no le resta más que el dolor del recuerdo y la quemazón del rencor? La respuesta es sencilla: a la venganza. Bajo esa premisa parece regirse David Miralles, uno de los protagonistas de la excepcional Una novela de barrio (RBA, 2007) de Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927), merecidamente galardonada con el Premio RBA de Novela Negra 2007. Nos encontramos ante una nueva novela de la prolífica saga iniciada con Expediente Barcelona y protagonizada por el inefable inspector Méndez, un veterano y curtido policía de la vieja escuela, fiel a sus propias normas y más partidario de la justicia que de la ley cuando ambas se empeñan en mostrar caras diferentes. En esta ocasión, Méndez deberá enfrentarse a un curioso cometido: proteger la vida de una persona que presuntamente trata de vengar la muerte de su hijo, ocurrida 30 años atrás. La extraordinaria situación lo conducirá a través de extraños vericuetos en los que la realidad no es más que una imagen reflejada en un espejo de fantasía que devuelve imágenes distorsionadas en las que nada es lo que parece ser. O, quizá, todo lo contrario.
Barcelona, años setenta. Dos atracadores asaltan una entidad bancaria. En su huida, matan a sangre fría a un niño de tres años. Barcelona, en la actualidad. Uno de los atracadores aparece asesinado. Su cómplice, convencido de que será la siguiente victima, tratará de anticiparse y matar a quien sospecha autor de la muerte de su compinche: David Miralles, el padre del niño asesinado.
Alrededor de esta trama, González Ledesma articula una historia sólida, sin fisuras; una historia en la que no figuran mafias internacionales ni agencias gubernamentales ni complots multinacionales ni personajes importantes —aunque sí grandes personajes. Una novela de barrio es, ante todo, una novela de personajes—. Lo que tenemos entre manos es una historia sencilla en su planteamiento, motivada por un impulso tan ancestral y elemental como la venganza, narrada con la innegable maestría acumulada durante años de oficio y en la que se alternan la miseria, la ternura, el orgullo de barrio, la tragedia e, incluso, el humor. Retazos de un humor tan ácido como sutil, muy presente a lo largo de todo el texto y cuya aparente finalidad es poner de manifiesto algunas de las carencias y miserias de las que, en opinión del autor —o en la de Méndez, que tanto da—, adolece la actual sociedad barcelonesa: el AVE, los gañanes convertidos por obra y gracia del dinero en beautiful people, la gastronomía transformada en materia de culto e idolatrada cual becerro de oro, la prohibición del tabaco o el devenir de una Barcelona que, día a día, resulta más incómoda y desconocida. Méndez representa la mirada nostálgica hacia una Barcelona que se diluye ante sus ojos, una Barcelona tradicional, de barrios obreros, de gente humilde, de tascas infames y de burdeles cuyas paredes cobijan antiguas historias que a nadie parecen importar ya. En ese sentido, las surrealistas conversaciones de Méndez con el propietario del bar La Anticipada suponen un reflexivo ejercicio de lucidez digno de admiración. Y todo este preciso análisis sociológico sirve de denso escenario sobre el que cernir una trama policíaca a la antigua usanza. Una historia de crímenes, vendettas, amores y desencuentros. Un escenario por el que González Ledesma hace desfilar un elenco de personajes entrañables como el periodista Amores o la policía Loles, hombres sin futuro a los que sólo les queda su pasado como David Miralles, cínicos asesinos sin escrúpulos como Leónidas Pérez, almas perdidas como Eva Expósito, vidas sin rumbo como la de Mabel o vidas cuyo rumbo ha llegado a su último puerto como la de Madame Ruth. Unos personajes que terminan por confluir en una apasionante y conmovedora historia narrada con una prosa ágil, eficiente y fluida, de sentencias breves y contundentes, sin florituras ni circunloquios innecesarios pero no por ello exenta de un lirismo pleno y sumamente evocador. Una gran historia cuya sorprendente y trepidante resolución deja un agridulce sabor de boca. El mismo que dejan tras de sí todas las grandes historias, aunque sean de barrio.

Literaturas.com, mayo de 2008

15 de maig 2008

Una novela de barrio / Francisco González Ledesma

José Andrés Espelt

Sería absurdo no empezar con mi relacción personal con el autor, de tanto tratarnos nos hemos convertido en buenos amigos, y precisamente la firma que realizó en Negra y Criminal con referencia a esta novela, fue el lazo definitivo. Normalmente, los que vivimos en Barcelona nos hemos acostumbrado a que Paco sea algo más que un autor. Su proximidad es tan palpable que rapidamente es adoptado por cualquier persona para rescatarlo egocentricamente para charlar un rato.
Estar al lado de él, durante dos horas significa una lección de vida que no se paga en ninguna Universidad.
El Inspector Méndez no es Pepe carvalho, y nunca han seguido los mismos caminos. Posiblemente, Una novela de barrio es una obra dedicada a todos sus lectores, sin aspavientos, pero con mucha ternura. Es sencilla pero esperanzadora, es un mundo que crea el autor en un barrio hundido, el chino. Ve la Barcelona que me crié de otra manera.
En la trama, cada vez se conocen menos los vecinos ya que se han cambiado las tornas con la dichosa globalización, pero nuestro Méndez aún sabe buscar, esos rinconcitos que no se llaman "el nuevo Raval" ó "mestizaje de culturas".
Una novela de barrio nos presenta a un escritor en plena forma, que no se tiene que esconder y que saca todo su armamento para crear una historia simple pero cargada de emoción.
Dos amigos asaltan un banco y en el trascurso del atraco matan a un niño de 3 años. Uno de ellos va a la cácel, el otro logra escapar. Con este principio crea una historia de amor, venganza, odio y de una Barcelona que se nos escapa.
Apareceran "los lugares secundarios de lujo" como el Bar de la barrecha, llamado el Anticipado y que uno entra con vida y sale también con el alma. Recordaremos a Amores, ese periodista imposible y cariñoso.
No quiero que se jubile nuestro Inspector, ya que significaría que Francisco=Paco dejaría de utilizar su máquina de escribir para escribir sus historias.
David Miralles, Eva Expósito y otros personajes que nos haran de la historia una dura vivencia, descansaran en nuestra cabeza cuando llegue al punto y final de la novela.
Ahora sólo nos queda esperar la próxima entrega de Méndez, que esperemos vea la luz este año, ojo es una apuesta personal, ya que Paco lleva su oficio muy dentro.

SINOPSIS:

Una novela de barrio es, en esencia, una historia de venganza. Cuando en los años setenta dos ladrones asaltan un banco matan a un niño durante su huida. Años después, uno de los atracadores muere asesinado. Su compañero en el atraco, convencido de que él será el siguiente, intenta adelantarse y matar a quien sospecha debe ser el verdugo: David Miralles, padre del niño. La intervención del inspector Méndez, un policía a punto de jubilarse de métodos poco ortodoxos, será decisiva para resolver el caso. Pero muchas son las historias que se desgranan en Una novela de barrio: la del propio Méndez, un gato callejero que conoce bien la diferencia entre justicia y ley, pero no por ello deja de creer que para algunos hay esperanza. Y cómo no, la historia de Barcelona: una ciudad ajena a la postal turística y cultural, habitada por la nostalgia de unos tiempos en que los barrios eran barrios y no una urbe arruinada por la especulación del suelo. Pero Una novela de barrio es también la historia de un padre, vivo a su pesar, que intenta reconstruir la vida de un hijo muerto; una historia de amor y lealtad, que resuena en la perversa simbiosis entre una vieja madame y una de sus antiguas prostitutas.

Cruce de Cables, 15 de mayo de 2008

14 de maig 2008

Paco González Ledesma: "Fes sempre el que t'agradi"

L'escriptor Francesc González Ledesma, autor d'entre 400 i 500 novel·les, visita "El club" i ens explica algunes de les experiències més sorprenents de la seva vida.


TV3, El Club, 14 de maig de 2008

6 de maig 2008

"Sombras viejas", de Francisco González Ledesma

"En la Barcelona de los años treinta, Paulina, una joven de radiante belleza y de familia pobre, entra en casa del burgués Ismael Leonardo como señorita de compañía de su díscola hija Nora. Otro joven humilde y soñador, Enrique Moriel, trabaja como preceptor de Nora a cambio de que los Leonardo costeen sus estudios universitarios. La atracción naciente entre Paulina y Enrique se concretará en paseos y confidencias, y desembocará en una relación tierna y apasionada. Pero frente al amor incondicional de la muchacha, la personalidad compleja de Moriel y la llamada del ideal colectivo en los tiempos convulsos que se avecinan se convertirán en un desafío para sus sentimientos."

Fue el libro que me regaló Ru en Sant Jordi. Lo empecé en el vuelo Barcelona-Madrid del pasado 26 de abril y lo terminé este sábado mientras las peques hacían sus deberes...
Cuando llevaba más o menos la mitad del libro, le comenté a Rubén que no me estaba entusiasmando, que estaba leyendo con poquito interés, que no me acababa de atrapar la historia de Paulina y Enrique; no me caían bien... ni Nora, ni Ismael, ni Esteban... pero acabé por meterme en la historia y me estremecieron los personajes, muy al final, cuando apenas quedaban esperanzas, cuando deseas que cambie el rumbo de sus historias y ese momento nunca llega...
Hay situaciones poco creíbles, personajes a los que me hubiese gustado definir más y Barcelona queda un poco difuminada, un poco tímida; pero aún así, es un libro lleno de pequeños detalles mágicos, lleno de rincones (también). Y en esos rincones, en los de los personajes, en los tuyos y en los míos es donde podemos encontrar, en ocasiones, los auténticos motivos del día a día. No había leído nada de Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927). Ahora sé que "Sombras viejas" recibió el primer Premio Internacional José Janés en 1948 pero fue prohibida por la censura franquista y ha permanecido inédita hasta hoy. Y sabiendo esto me acaba de convencer y me alegro de haberla leído.

Acróbatas, 6 de mayo de 2008

Francisco González Ledesma y el Cómic

Hermezo

FIRA DEL LLIBRE DE VALÈNCIA - 2008.

¿Qué puedo decir ya sobre Francisco González Ledesma que no haya escrito en SIGLO XXI? Muy poco ya. Paco es un extraordinario novelista, en estos momentos probablemente el mejor escritor de novela negra de nuestro país. Un hombre que, con ochenta años en los bolsillos, escribe cinco horas diarias y tiene una imaginación desbordante, atrapadora y desafiante. Tachado por la censura franquista de "rojo y pornógrafo", González Ledesma subsistió al ostracismo escribiendo novelas del Oeste bajo el seudónimo de Silver Kane. Ganador de los premios Planeta, Internacional Josep Janés, Internacional de Novela Negra RBA y del Pepe Carvalho, próximamente verá la luz su nueva novela, cuyo título todavía no ha sido desvelado. Aprovechando su estancia en la Fira del Llibre de València 2008, charlamos con él unos minutos – pocos porque tenía muchos ejemplares que firmar – sobre el Cómic, ya que él fue guionista de Bruguera durante mucho tiempo. Y éstas fueron sus respuestas para nuestro Kiosco.
Tú vas fer Còmic fa molts de temps, no?
Sí, vaig començar l’any 47 o 48, quan jo era estudiant de dret i em van oferir la possibilitat d’escriure còmics. Vaig crear l’Inspector Dan, que va ser un personatge molt ben triat i amb molt d’èxit. Una de les crítiques més favorables de l’Inspector va ser la de Terenci Moix, que digué que era el millor còmic que mai havia llegit. La sèrie va continuar fent-se molts anys, però al final jo ja no coneixia ni als nous guionistes ni tampoc als dibuixants.
Com aprengueres la tècnica del Còmic?
Jo havia pres l’imatgeria del Còmic de nen, llegint una revista molt maca que hi havia i que s’anomenava ‘El aventurero’, on surtien el mag Merlin, l’inspector X-9 i Dale Arden. D’aquestes lectures vaig aprendre la tècnica i l’imaginació. El Còmic és un gènere que desenvolupa moltísim l’imaginació.
Les teves primeres lectures, doncs, van ser el Còmic?
Jo llegia de tot, incloent-hi coses que és millor no dir ara, des del mateix ‘Quixot’ fins i tot còmics. Però lògicament el que em divertia més, per la meva edat, era llegir còmics.
El Cómic es un gènere de segona divisió?
De segona dvisió? Per Déu, clar que no. El Còmic és un medi d'expressió diferent i tan vàlid com els altres. Requereix imaginació, cultura i saber expressar-se. És un mitjà d'expressió com la novel.la o el periodisme. Hi ha guionistes de còmics fabulosos. En aquest sentit no és un gènere de segonda divisió, en absolut.
T'agradaria veure qualsevol novel.la teva traslladada al Còmic?
No ho havia pensat mai, però m'agradaria molt. No seria capaç de fer el guió però m'agradaria molt. Em faria molta il.lusió, encara que no crec que passi. He perdut ja la pràctica de fer còmics.

El Kiosko de Dolan, 6 de mayo de 2008