13 de jul. 2005

«No puedo oír hablar de Alfred Hitchcock»

El autor presentó ayer 'Cinco mujeres y media', su última novela desde que recibió el premio Dashiell Hammett en 2002

L. Alonso

Abogado antes que fraile, Francisco González Ledesma conoció a muchos delincuentes en los tribunales y allí supo de primera mano lo que sufren las víctimas. Después llegarían el periodismo y la literatura. Ayer, el escritor presentó en la Semana Negra su última novela 'Cinco mujeres y media'.
Su salto de la abogacía al periodismo ya fue registrado por EL COMERCIO en la primera edición de la Semana Negra. Hoy, dieciocho años después de la que sin que medie pregunta considera «una de las mejores entrevistas» que le han hecho, González Ledesma habla de Gijón, de su obra y de las transformaciones que sufre su geografía sentimental, motor de sus obras.

-Barcelona, el escenario por excelencia de sus novelas, tiene muchas similitudes con Gijón.

-Las dos tienen el mismo espíritu de ciudad obrera y han sido víctimas de las consecuencias del capitalismo salvaje, al que se han resistido Pero Barcelona es ya inhabitable, mientras que en Gijón la calidad de vida es mayor.

-Ambas ciudades han sufrido la reconversión industrial, aunque con desiguales resultados.

-En Gijón se desarrolló el capitalismo de Estado y en Barcelona, el de la empresa privada. Ambos son igual de crueles. No hay derecho a lo que le están haciendo a Asturias con la reconversión.

-Si Alfred Hitchcock hubiese conocido el Tren Negro, ¿Qué habría sido de 'Extraños en un tren'?

-¿No me hables de Hitchcock! Estuvo a punto de comprarme un guión.Yo, entonces, alquilé un piso caro en Barcelona. Pero el sindicato de guionistas de Hollywood presionó para evitar que el director comprara sus guiones en el extranjero. Me quedé sin piso, y ahora, cada vez que lo veo, me pongo enfermo.

-Entonces, si comenzara una novela negra a bordo del Tren Negro, ¿Cómo se desarrollaría?

-No sería difícil. De hecho, ya lo he pensado alguna vez.El tren que trae a los escritores de la Semana Negra es muy adecuado para ello. Habría un escritor que en el tren se encuentra a una periodista veterana a la que amó y le inspiró su primera novela. Él, que se ve viejo y fracasado a su lado, se suicida. Sin embargo, le dará a la mujer las claves para resolver su muerte.

-'Cinco mujeres y media' contiene una crítica feroz a la Justicia...

-Méndez, al igual que Ledesma, está de parte de la víctima. Estoy a favor de la reinserción del delincuente, pero discrepo en dos aspectos del sistema judicial: un delincuente sexual no se regenera nunca. Además, recibe ayudas desproporcionadas: asistente social, cobra el paro en la cárcel...

-¿Es más fácil ser medio hombre, o medio mujer?

-Últimamente, las mujeres se están masculinizando, y los hombres, feminizando. Yo, que soy un poco ingenuo, aún creo en los valores masculinos tradicionales de respeto y protección de la mujer.

-Entonces, ¿Cree que las mujeres necesitan protección extra?

-Es una cuestión de fortaleza física. Quizá no, pero es necesario cierto sentido caballeroso. No hay que olvidar que sin las mujeres, los hombres no haríamos nada. Ellas constituyen la justificación de la vida del hombre. Todo lo que hacen los hombres, sea ser héroe de guerra o ganar dinero, es para conquistar a una mujer.

El Comercio
, 13 de julio de 2005