31 de des. 2002

González Ledesma publica de nuevo de los casos de Méndez

Tito Ros

Francisco González Ledesma, como novelista, cultiva dos géneros, el de «historia social», tal y como él lo califica, y el género negro. El protagonista de las novelas policiacas de González Ledesma suele ser siempre el mismo, el inspector Méndez.
Aunque de una forma marginal, Méndez tuvo su primera aparición en la novela El expediente Barcelona, escrita por González Ledesma en 1983. Posteriormente, el rudo policía protagonizó las investigaciones en Las calles de nuestros padres, La dama de Cachemira, Crónica sentimental en rojo e Historia de un dios en una esquina.
Méndez es un inspector barcelonés criado en el Barrio Chino que, en este nuevo libro, El pecado o algo parecido (Planeta), toma el puente aéreo por orden de sus superiores para tapar un caso en Madrid. «Con esta novela pretendo denunciar la típica doble moral española. En este país, continuamente se tapan cosas. Es el caso del juez Estevill que llegó a la jurisprudencia sin saber Derecho y siendo un corrupto. Yo me pregunto qué es pecado en este país... En esta novela, Méndez se involucra en el mundo de los Estevill, Mario Conde y los escándalos socialistas», describe el autor.


Madrid-Barcelona

El libro le sirve al autor para hacer un retrato comparativo entre Madrid y Barcelona: «Madrid no ha tenido Juegos Olímpicos y por eso el Viejo Madrid no se ha transformado, al menos, para los ojos de Méndez. El urbanismo en Barcelona ha sido bueno para la ciudad, pero a Méndez le ha desconcertado. El estaba acostumbrado a llevar a cabo las detenciones desde el balcón de su casa en el Barrio Chino y ahora ve que el barrio está dividido».
«El Barrio Chino de Barcelona siempre había sido el lugar donde la burguesía buscaba diversión y donde se gestaba el orgullo obrero. Eso ya ha cambiado, tampoco existe el orgullo obrero», considera González Ledesma.
Y si Madrid y Barcelona quedan retratadas, también lo queda la clase pudiente madrileña. «A los novelistas del género negro nos atraen más los crímenes en los barrios altos porque en los barrios bajos los crímenes son baratos y esto les quita intriga.En un crimen en un barrio alto siempre hay una carga económica detrás y esto alimenta la intriga», reconoce González Ledesma.
¿Y qué ocurre con las clases medias?. «La novela de la clase media barcelonesa está todavía por escribir. Las grandes bolsas de miseria de Barcelona se encuentran en las clases medias. Hay muchas viudas que están cobrando una pensión de sólo 40.000 pesetas, pero que siguen yendo bien vestidas, aunque por la noche sólo cenen un yogur», describe González Ledesma, demostrando la carga social que siempre hay en sus novelas y, también, en los análisis que hace.


El Mundo, 31 de diciembre de 2002