En materia de libros no hay fronteras, es un campo sin límites aunque muchos quisieran que en esta materia no hubiera novedades. Sin embargo, pese a lo que decía un escritor egipcio del siglo veintiocho antes de Cristo: “Oh Amón, ¿qué sentido tiene escribir, si ya está dicho todo?”Por fortuna, al lamento de ese antiquísimo maestro de la palabra, nadie le hizo caso pues a tantos años de distancia se continúa escribiendo y publicando libros como si apenas ayer hubiera empezado la vida de las letras y la escritura. Así las cosas, muchos escritores continúan su oficio sin darle importancia al aspecto pecuniario. Tal y como lo recomienda un célebre escritor originario de Barcelona, Francisco González Ledesma – que durante 37 años fue vetado por la censura franquista para publicar ningún libro, motivo por el cual tuvo que desobedecer esa orden escribiendo con el seudónimo Silver Kane novelas del oeste llegando a publicar nada menos que 400, una o dos por semana, para poder comer, lo que le facilitó desarrollar una rápida técnica y otros trucos novelísticos -- que al definir un buen escritor, dijo: “Lo que uno debe ser, más que buen escritor, es un escritor honrado. Para ello, lo último es pensar en el dinero. Que sea un acto de creación pura. Ese es un escritor, No el que escribe a tanto la pieza. Y te lo dice alguien que ha escrito, y mucho, a la pieza. Por eso sé de lo que hablo. Yo me consideraba un mercenario. Pero las novelas que escribía al margen, en las que sacaba lo que llevaba dentro, son las que me han hecho escritor. Por cierto, González Ledesma acaba de publicar una novela, La ciudad sin tiempo, en la editorial Destino aunque firmada como Enrique Moriel, quizás debido él su larga costumbre de escribir con el seudónimo de Silver Kane. González ganó el Premio Planeta en el año 1984 con su libro Crónica Sentimental y a los 21 años de edad ganó un prestigioso premio español que la censura del generalísimo Franco prohibió por ser una novela “pornógrafa, subversiva y roja”. Las ganancias de la Guerra Civil española. En fin Francisco González, que cuenta con 81 años de edad, refiere que un combatiente republicano le explicó lo que es la dignidad: “Ser fiel a ti mismo”. Resulta que a veces los escritores como los periodistas, no son fieles a si mismos. Escriben una cosa y a la hora de la verdad actúan muy diferente. Abundan los que escriben con la izquierda y cobran con la derecha. Y, además, reciben muchos doctorados “honoris causa”. Nombres sobran
Punto y aparte, 7 de enero de 2007
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