30 d’abr. 2010

Silver Kane nos traslada de nuevo al oeste

Silver Kane salvó durante muchos años la vida del prestigioso escritor catalán Francisco González Ledesma, Premio Planeta 1984, y uno de los autores de novela negra más venerados en Francia.



Radio Euskadi, "La noche despierta", 30 de abril de 2010

28 d’abr. 2010

Novela de asesinatos para olvidarme de las malas noticias: No hay que morir dos veces de González Ledesma

He llegado muy pronto a trabajar, faltan casi tres horas para abrir y con la mente algo atontada pongo la radio esperando encontrar a alguien contándome algo que me ayude a despertar del todo y empezar el día con buen pié.

Locura total poner la radio en estos tiempos, te desean un buen día y conectan con reunión de lobos en plena riña de Congreso, después te dan un rápido barrido por las conexiones en Europa, Grecia, Portugal, Italia... Baja la Bolsa mundial y aumenta el paro a marchas forzadas en todo el Planeta. Miedo, miedo, miedo..... ¿miedo a qué?? ¿Qué miedo podemos tener los que no tenemos nada?? Podemos perder el coche, podemos perder la casa, los cuatro muebles comprados con gran sacrificio.. Volver a empezar. ¿Y por qué no?? Nosotros los desheredados deberíamos perder el miedo, desoír esas terribles noticias de hundimiento económico y seguir viviendo. No son noticias de guerra y muerte, recobremos la calma, el fantasma de la pobreza ronda por doquier, bueno si ya somos pobres, el sol saldrá en nuestro horizonte personal si nos empeñamos en ello. Que el dinero es necesario para vivir, pero si no le tienes no te le pueden quitar, tampoco lo puedes perder. Voy a recuperar la alegría del pobre, decidido.

Pues para evadirme de que me asusten una y otra vez los que tienen mucho que perder o los que por muy mal que vaya la cosa no lo van a pasar mal -léase los políticos, banqueros, broker, y algunos periodistas forrados por dar malas noticias que es lo que se vende- busco refugio en los libros y me pongo a leer una ficción total con el Inspector Mendez en el libro No hay que morir dos veces de Francisco González Ledesma, novela llena de asesinos y a olvidarme de las noticias. Que a veces hay que soltar aire y "pá alante" Totalmente diferente que lo que hoy querían venderme en la radio y en el periódico gratuito del Metro con su titular aterrador sobre la Tasa de Desempleo...

Lectura que te lleva de un hecho a otro sin apenas respiro y te engancha hasta que terminas, además de hacerte sonreir más de una vez.

Animo chavales, todo pasa todo llega, pasar haciendo caminos..

Calle 59, 28 de abril de 2010

27 d’abr. 2010

Francisco González Ledesma, bajo el apodo de 'Silver Kane' acaba de publicar la novela 'La dama y el recuerdo'

Nos hemos quedado asombrados al ver la bronca política que se ha formado en el Parlamento de Ucrania a cuenta de la permanencia de la flota rusa en Crimea así que esta semana les preguntamos a nuestros corresponsales sobre las peleas parlamentarias. Contamos con Juan Tato, en Londres; Iñaki Díez, en Roma, y Carlos Salvador, en Moscú. Tato también nos habla de las elecciones británicas, Iñaki nos explica los cambios en la normativa de tráfico en Italia y Carlos nos comenta el aniversario del accidente nuclear en Chernobil. A continuación, recibimos a uno de los impulsores de la novela negra en nuestro país: Francisco González Ledesma. Bajo el apodo de 'Silver Kane' acaba de publicar la novela 'La dama y el recuerdo'. Despedimos la hora con buen sabor de boca gracias a 'El porvenir', el mejor informativo de noticias falsas.

Asuntos Propios: 27/04/10 I

Radio Nacional de España, "Asuntos propios", 27 de abril de 2010

"La dama y el recuerdo"

Jordi Cervera

Francisco González Ledesma reupera els vells temps i publica "La dama y el recuerdo", una autèntica novel·la de l'Oest amb el peudònim de Silver Kane.

Planeta acaba de publicar "La dama y el recuerdo", una novel·la de Silver Kane amb cert regust de divertiment i de nostàlgia.
Francisco González Ledesma es va guanyar la vida durant molts anys escrivint novel·les de quiosc. Eren sobretot de l'Oest, les signava com a Silver Kane, un nom que sonava més internacional que el seu, les cobrava a 150 pessetes i en va escriure més de 400. Sigui com sigui, aquesta escola de penúries el va forjar en l'ofici i el va convertir en el gran escriptor que és ara.
I com si fos un joc, un dia va sortir de cop la idea de recuperar el nom de Silver Kane i les aventures de l'Oest i González Ledesma, acostumat a qualsevol cosa i a tots els jocs literaris que li proposin, va acceptar sense condicions. El resultat és aquesta història que té tots els ingredients del gènere. Atracadors de bancs, noies de "saloon", pistolers a sou, indis, un xèrif, un caçador de recompenses i el regust de pols del desert que sempre plana en aquestes narracions. Una novel·la en la millor tradició de l'Oest escrita per un mestre que posa la seva habilitat al servei d'un divertiment

iCat fm, 27 d'abril de 2010

26 d’abr. 2010

Francisco González Ledesma

Ambretta Sampietro

Francisco Gonzalez Ledesma, di Barcellona, classe 1927 è considerato insieme a Vazquez Montalban il padre del romanzo poliziesco spagnolo. A soli 21 anni con Sombas viejas vinse il premio Internacional de Novela che gli fu consegnato da Somerset Maugham membro della giuria.
La censura franchista lo mise al bando come “rojo y pornografo” perché in un suo romanzo un giovane appoggia la mano sul ginocchio della fidanzata. Continuò a scrivere con lo pseudonimo di Silver Kane e pubblicò circa 400 romanzi popolari per lo più ambientati nel West.
Fino a che durò il franchismo pubblicò le sue opere in Francia presso Gallimard. Laureato in legge lavorò dapprima come avvocato quindi decise di intraprendere l’attività giornalistica anche se meno retribuita al Correo Catalan e a La Vanguardia per 25 anni dove fu redattore capo.
Protagonista dei suoi romanzi, ambientati a Barcellona nei quartieri popolari quali il Barrio Poble Sec e il Barrio Chino, è il commissario Ricardo Mendez.
In Italia sono stati tradotti Soldados (Meridianozero), Non si deve morire due volte, Storia di un dio da marciapiede, Mistero di strada e La dama del kashmir (Giano) Le strade dei nostri padri (Hobby and work) Cinque donne e mezzo (Giunti).
Non usa cellulare e–mail, la moglie Rosa a oltre settant’anni ha frequentato un corso di computer per utilizzare internet.

Il suo biglietto da visita recita: “Francesc Gonzalez Ledesma – abogado y periodista”.

MilanoNera, 26 aprile 2010

24 d’abr. 2010

Francisco González Ledesma: Una novela de barrio

Francisco González Ledesma (1927), uno de los grandes del género negro español, se muestra agradecido. Reconoce que le debe mucho a su incatalogable inspector Méndez: "Me ha dado un Premio Planeta, un Premio Internacional de Novela Negra, dos premios de la Crítica en Francia..."
Con Una novela de barrio (2007) González Ledesma obtuvo el Primer Premio Internacional de Novela Negra RBA, el mejor dotado en su género del mundo.
La novela comienza con el asesinato de uno de los dos atracadores que treinta años antes habían asaltado un banco de Barcelona. No existen pruebas, pero el asesino parece ser David Miralles, el padre de un niño de seis años que murió cuando fue tomado como rehén durante el robo. Todos dan por supuesto que también se vengará de Leónidas Pérez, el segundo atracador, que, a su vez, lo busca para matarlo. En estas circunstancias, entra en acción el inspector Méndez para aplicar su personal sentido de la justicia.
Como escenario una Barcelona nostálgica de otros tiempos, donde los recuerdos quedan atrapados por los nuevos planes urbanísticos. Una Barcelona muy literaria. La misma que hemos recorrido en las novelas de Eduardo Mendoza, Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán o Carlos Ruiz Zafón.
Personajes bien construidos, ágil narración, diálogos creíbles, una trama bien administrada, un caudaloso sentido del humor que, a veces, es cínico y escéptico, otras, sutil y que en ocasiones arranca la carcajada... Una novela de barrio es magnífica por muchos motivos, pero por encima de todos destaca la figura de su protagonista, el inspector Méndez, un personaje redondo en su novena aparición.
Méndez, a punto de jubilarse, es un gato callejero con olfato de perro y fría mirada de serpiente, experto en soledad interior, que gusta de intoxicarse en bares y restaurantes de mala muerte y se pasea siempre con libros en los bolsillos cuyo importe debe a los libreros de Barcelona. Por sistema desobedece a sus superiores, interpreta la ley a su manera y se sitúa donde más molesta, por lo que acumula expedientes disciplinarios y nunca ha sido ascendido, ni lo será jamás.
Lo dicho, magnífica novela. Un monumento en el género negro español.

Francisco González Ledesma: Una novela de barrio, RBA, 2007

Elemental, querido blog, 24 de abril de 2010


23 d’abr. 2010

Itw de Francisco Gonzalez Ledesma par Nicolas Caudeville

Francisco González Ledesma est un écrivain catalan de romans policiers. Il est né à Barcelone en 1927. Déçu par la profession d'avocat, il devient journaliste, métier dont il rêve depuis l'enfance.
Son personnage le plus célèbre, Ricardo Méndez, apparaît pour la première fois dans Le dossier Barcelone. La qualité et la force de ses romans lui ont valu les faveurs du public, la reconnaissance de ses pairs et de nombreux prix littéraires. Il était présent au festival de polar d'Olot en Catalogne sud et il à répondu à nos questions.

Dailymotion, 23 d'abril de 2010

"S'ha de lluitar, si abaixes el cap t'han vençut"

L'escriptor torna a reviure les aventures de Silver Kane, l'heroi de les novel·les de joventut, per recuperar el vigor perdut.

Lídia Penelo

Treballar, treballar i treballar. Francisco González Ledesma s'ha passat la vida escrivint novel·les i fent de periodista. La seva eina és una màquina d'escriure perquè diu que per al tema digital és "molt burro". Curiós infatigable, als 83 anys ha recuperat Silver Kane, el pseudònim amb què va signar centenars de novel·les als cinquanta, ambientades a l'Oest nord-americà dels indis, vaquers, xèrifs i prostitutes. El cinema, el jazz i el futbol són les aficions que combina amb la lectura. Diu amb humilitat que no ha tingut temps per a res més, ni tan sols per a les diversions més comunes.

Així que vostè no sap ballar?

Tinc diverses vergonyes i una és no saber ballar. Sempre he treballat els diumenges i no podia sortir... Però tampoc sé anar amb bicicleta. De petit, a casa érem pobres i no me'n van poder comprar cap i de gran ja no m'hi vaig atrevir.

Però s'ha atrevit a tornar enrere amb La dama y el recuerdo.

Penso que ara escric pitjor que abans i un dia em vaig preguntar si seria capaç d'escriure d'aquella manera intuïtiva i salvatge dels 20 anys. Silver Kane m'ha ensenyat a dosificar l'acció i a fer personatges versemblants, però també era un cabró que m'obligava a escriure com un boig. Recuperant-lo he trobat el vigor perdut, però aquesta novel·la l'he escrita en sis mesos. No sé com, abans, podia escriure un llibre en tres o quatre dies.

Si abans ho feia, algun truc devia tenir en aquella època?

Ara no entenc com ho feia. Al principi era per pagar-me els estudis de dret, però després, durant una època, vaig ser un advocat ric i n'escrivia cinc o sis al mes perquè l'editor em pressionava. Dormia molt poc, escrivia fins a les tres de la matinada i quan acabava escrivia per a mi, notes sobre la ciutat... Eren unes condicions extremes.

Ha repetit moltes vegades que ho deu tot als llibres. Per què?

L'escriptor, en créixer, troba un món que no li agrada. Jo vivia en una casa fosca en un barri pobre i necessitava crear un món diferent. L'esforç literari sobrehumà que vaig fer ve de la pobresa. De ser un nen derrotat que sobre camí.

I per fer-ho va triar la lectura.

L'any 1944 vaig començar el juny amb dues pessetes i vaig acabar el setembre amb dues pessetes. No tenia diners per marxar de vacances i em vaig passar l'estiu a la Biblioteca Nacional llegint de tot una mica. Llegint La debacle d'Émile Zola vaig aprendre tot el que sé de la guerra francoprussiana.

Li acaben de donar la Creu de Sant Jordi. Se l'esperava?

No, perquè ja sóc molt gran i no tinc influència política. A més, com que escric en castellà, doncs molts pensen que sóc poc català. Calia un Govern amb sentit comú que entengui la diversitat de Catalunya. És com el Barça, em molesta la prepotència.

Confia en els polítics?

La política és més un ofici que un ideal i això momple de confusió. No m'acaben d'inspirar confiança perquè veig que hi són per guanyar-se la vida. Encara m'emociono pensant sobre la mort de Companys.

Durant la dictadura el van censurar. El va desanimar la vigilància constant?

No vaig crear cap ressentiment perquè sempre vaig escriure sense perdre la fe, el secret és creure en tu mateix. Per mi era important no convertir-me en un home trist. Penso que sempre sha de lluitar, si abaixes el cap, than vençut.


Público, 23 d'abril de 2010

22 d’abr. 2010

Francisco González Ledesma: "Empecé escribiendo novelas del oeste"

Francisco González de Ledesma nos presenta su último libro "La dama y el recuerdo".



Radio Vitoria, 22 de abril de 2010

20 d’abr. 2010

Francisco González Ledesma

Treinta años después, y tras conquistar prestigiosos premios literarios bajo su propio nombre, Francisco González Ledesma resucita a Silver Kane, seudónimo bajo el cual escribió cientos de novelas del oeste y burló la censura franquista.


Parte I (07'57"): 'La censura me acusó de rojo y pornógrafo'

Parte II (10'45"): Mujeres, sexo y sentimiento en Silver Kane

Parte III (08'59"): 'En España nos hemos acostumbrado a vivir sin ningún ideal'

ElMundo.es, 20 de abril de 2010

"Me dije: ¿sabrías volver a escribir con instinto?"

Núria Escur

"Esa lágrima que te regala el entrevistado, la confesión... eso no tiene precio", comenta sobre el periodismo

Un clásico y un maestro, de la novela y del periodismo. Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927), reciente Creu de Sant Jordi, firmó con el nombre de Silver Kane casi 400 novelas del oeste. Año 1952. Por cada una -que valía dos pesetas- le daban 150. Ahora, él -que en el ejército fue tirador de primera y oficial de caballería- ha resucitado el nombre convirtiéndolo en personaje. La dama y el recuerdo (Planeta) le ha devuelto, dice, su juventud y la épica del oeste.

Volvió con Silver Kane.
Yo me sentía muy viejo. Tenía la sensación de haber perdido la frescura, la fuerza narrativa. Pensé: ¿sabrías volver a escribir por instinto, como antes? Animalada.

Usted lo creó para sobrevivir.
Totalmente. Yo era un abogado que trabajaba de pasante sin cobrar, hijo de una familia humilde de Poble Sec. Realidad triste. Pero tengo la teoría de que si el mundo en que naces te acaba por gustar, nunca llegas a escribir.

Y se inventó un mundo.
Un mundo pequeñito, con hambre física. Luego llegó el Premio Internacional de Novela y me creía que ya era un hombre. ¡Qué va! Vino la censura y se lo cargó: "Mientras el caudillo viva, usted no publicará". Y así fue.

"Rojo y pornógrafo" rezaba en su ficha.
Les dije: "rojo" lo entiendo, soy un niño que perdió la guerra, pero pornógrafo ¿por qué? Me hablaron de una secuencia -que para mí era una de las más tiernas- donde un chico posaba su mano sobre la rodilla de la chica. ¿Cóomoo? "Pues eso, ya se adivina que quiere subir más", zanjaron.

Su propuesta puede incomodar: chica frágil busca "protección" de hombre duro y tierno.
Sí, van a decir que es machista. Pero es que el mundo del oeste era así, yo llegué a convivir con aquellos indios. Ahora se ha perdido la hombría.

¿Se arrepiente de algo?
Hice muchas tonterías como abogado. Bruguera era cruel y me pedía que el autor de un libro dejara de ser propietario de sus personajes. Y eso con Víctor Mora, con Vázquez, con Peñarroya...
Por eso lo dejó.
No me sentía en paz. Sufrí muchísimo porque aquella gente eran mis amigos. La barbaridad fue aguantar tanto. Me levantaba por la mañana y no quería mirarme al espejo, volvía casa y mi mujer escondía los niños. Siempre le agradeceré que alertara, siempre.

Entonces ustedes eran ricos.
Pues sí, pasé de millonario -tres coches, dos criadas, un piso de 400 metros cuadrados- a libre. Decidí irme de redactor eventual a El Correo Catalán y pasé de cobrar entre medio y un millón al mes a 5.000 pesetas. Dije "basta".

Ya era periodista vocacional.
Sólo le diré que, cuando tenía cinco años, mi tío, un redactor de La Vanguardia, de los baratitos, me llevaba de la mano a ver la rotativa. Y ese ruido me fascinaba.

¿Qué gremio le decepcionó antes: políticos o periodistas?
La política. Yo estaba acostumbrado, en mi barrio pobre, a que la política era puro ideal, el "Visca Catalunya lliure!" era real, y el empleado capaz de ir a la huelga hasta la muerte también.

En Francia le quieren mucho.
Allí la gente vive más en la librería y encuentro afinidades políticas. Porque yo era de izquierdas, ahora ya no sé... Era una persona dispuesta a coger un fusil ¿eh? por defender el ideal de la gente que había visto morir en la calle ¡y ahora los falangistas denuncian a Garzón! No entiendo nada.

¿Qué le hundió moralmente?
Felipe González. Los comunistas iban a la cárcel pero éste no iba nunca, ni con corrupción. Hoy, la política ya no ofrece riesgos. No les creo, ninguno es sincero.

Fue amigo de Adolfo Suárez.
Sí, me recibía en la Moncloa con frecuencia y me decía "cada día me apunto lo que he hecho mal, yo no estoy preparado para ésto". Lo decía con buena fe y con temor. Ahora, el tripartito, no tiene ni categoría política ni humana.

El periodismo le curó, dice.
Fue mi pasión. En una redacción hay gente indeseable y gente maravillosa. Y esa lágrima que te regala un entrevistado, esa confesión en el bolsillo al volver a redacción... eso no tiene precio.

Su hijo ha seguido su estela.
Es mucho mejor que yo.

Díga algo que le rebele.
¿Cosas que me joroban? Yo escribo bien el catalán, muy bien, mejor que el president de la Generalitat, seguro. Pero la primera poesía que me emocionó fue en castellano. Te crías en un idioma y te consideran un escritor enemigo de Cataluña. ¡Eso es una idiotez!

¿En qué o en quién cree?
En personas. Y punto. A algunas las miras a los ojos y te dan ganas de abrazarlas, a otros les miras fijamente y te asustas.

¿Se teme menos a la muerte?
La veo con mucha más naturalidad. Incluso piensas que puede ser útil... Una tontería: he dado mi cuerpo a la ciencia. yo no quiero entierros. Y además, mientras tenga trabajo no me moriré. He pasado horas en autopsias, sé hacer un lazo de ahorcado, estoy familiarizado, incluso me sorprende haber llegado a esta edad: hambre, sufrí tuberculosis.

¡Pero mire a Semprún, 86!
De la necesidad nace el milagro. Un tío que ha estado en Buchenwald, o se moría entonces o ya llegará viejo, ¡y a viejo sabio! Yo tuve suerte: con diez años estar a pico en un refugio. Cuando no podía con los sacos de arena me decían "¡aquí falta un hombre!"... Volví hace poco al Poble Sec y recordé eso, no sé, fue una idiotez, casi lloro... 'aquí no teniu un home, teniu un vell', les dije. Se me había pasado la vida.

La Vanguardia, 20 de abril de 2010

19 d’abr. 2010

González Ledesma torna al western a la seva nova novel·la

Un autor de referència de la novel·la negra torna als seus orígens. Recupera el salvatge Oest a "La dama y el recuerdo".

http://www.tv3.cat/videos/2846570

TV3, "Els matins", 19 d'abril de 2010

18 d’abr. 2010

El oeste de tapa dura de Silver Kane

Francisco González Ledesma vuelve a sorprender a propios y extraños con una nueva obra aparecida recientemente en las librerías de este país y en la que resucita el alter-ego por el que fue (y es) conocido por varias generaciones de lectores, de esos lectores que buscaban afanosamente simple evasión y divertimento en una España gris y sometida, carente de libertad real pero no así imaginaria; gracias a novelitas como las que González Ledesma escribió bajo el seudónimo de Silver Kane, muchos pudieron soñar con visitar aquel Oeste de rudos pistoleros, damas fáciles, sheriffs corruptos, indios salvajes, duelos imposibles y mucho, mucho humor negro. Ahora, con "La dama y el recuerdo", recientemente publicado por Editorial Planeta, Silver Kane regresa para sus incondicionales y nuevos lectores con una novela cuyo objetivo primordial es el mismo que caracterizó a sus viejas y pequeñas "hermanas" de entonces: el entretenimiento del lector. Y cuando el que escribe es González Ledesma, ese fin está más que conseguido.

De esta singular experiencia, el volver a un género que tanta fama popular le dio, Ledesma afirma categóricamente que le ha devuelto «juventud» y «emoción». Estamos ante un autor luchador, testigo indudable de una dura posguerra, que subsistió en una Barcelona apagada y triste, donde imperaba el hambre, pero también la solidaridad, según él mismo dice, y es precisamente ésta una virtud indudable de Ledesma, hombre noble, humilde y sincero, amigo de sus amigos y enemigo de toda hipocresía, que abandonó una lucrativa carrera de abogado por el periodismo porque no soportaba más seguir engañándose a sí mismo en una profesión tan llena de mentiras y conveniencias. Ledesma, con "La dama y el recuerdo" realiza un sentido homenaje a un género que dominó los quioscos españoles durante medio siglo y en donde con toda seguridad encontraremos a un Silver Kane en plena forma, con el pulso firme para disparar certeramente en el gusto del lector, de ese lector que se reencuentra con un autor fetiche de la novelita de quiosco y del que, intrigado al ver por primera vez semejante cabecera en un libro de tapa dura, entre por primera vez en un mundo del que será difícil que abandone.

El justiciero Silver Kane regresa al Oeste Cultura elmundo.es
The Lone Freaker, 18 de abril de 2010

"La dama y el recuerdo" de Silver Kane por María Aixa Sanz

"Aquella mañana ocurrieron en Jackson, Kansas, cuatro cosas juntas que no habían ocurrido nunca: se pararon a la vez cien relojes de cuerda, llegó un jefe indio que quería comprar la paz para su pueblo, un pistolero llenó un saloon no de clientes, sino de muertos, y un hombre perfectamente vestido quiso comprar un cementerio. Nunca antes había estado en venta el cementerio de Jackson. " (párrafo inicial de la novela)

La dama y el recuerdo’ (Planeta) es el título de la nueva novela, bastantes décadas después, de Silver Kane. Silver Kane autor prolífico de novelas del Oeste allá por los cincuenta, con 400 títulos en su haber, en tiradas hoy impensables de miles de ejemplares, vuelve al panorama literario en formato de lujo y a cara descubierta, pues debajo de Silver Kane, tras el seudónimo, está la pluma y la maestría del gran escritor Francisco González Ledesma que ha querido obsequiarnos y sí, sé lo que digo: Obsequiarnos con ‘La dama y el recuerdo’, todo un regalo.

Detrás de ‘La dama y el recuerdo’ hay toda una novela, hay todo un saber hacer.

Sorprende el ritmo, su tono directo sin rodeos, los diálogos, la socarronería y la retranca que encierran éstos. Son de agradecer en días como hoy, como lo es: separar el bien del mal, la justicia de la injusticia, los buenos de los malos, el honor de los hombres de palabra de los traidores, la lealtad de la deslealtad.

‘La dama y el recuerdo’ tiene personajes que pasaran a formar parte de la memoria del lector: Taylor, Glenda Peter, Lancaster, Freda, Lena, Ketty River, Fred, Michael Ford, Silver Kane ( director del diario de Jackson) al que González Ledesma con un guiño a convertido a su seudónimo en personaje. Cada uno de ellos tiene un carácter esculpido por el paisaje y su propias vivencias de un Oeste duro.

Novela situada en el Oeste Americano en un lugar de Kansas, historia de amor y cazadores de recompensas, de posesión y cazadores de recompensas, de justicia y cazadores de recompensas, de venganza y cazadores de recompensas, donde debajo de alguno de los tipos duros hay un corazón y donde debajo de algunas mujeres hay toda una historia de lucha, de supervivencia.

Una historia como ‘La dama y el recuerdo’ sorprende en estos tiempos, sorprende y es de agradecer, como ya he dicho, y por supuesto hay que darle la razón a González Ledesma hacía falta homenajear a Silver Kane, hacia falta recuperar las novelas del Oeste que nutrieron a muchas generaciones pero que por el contrario otras no conocemos. Puesto que en el momento actual es un buen toque de atención ya que tal vez el viejo Oeste guardaba en él unos valores en desuso hoy, obsoletos, apartados de nuestros días, que deberían ser recuperados. Creo que González Ledesma no solo ha resucitado a Silver Kane sino que ha resucitado todo un mundo que merece tener en cuenta, descubrir y valorar. Esta novela por todo ello es grande y creo que pocos lectores podrán resistir la tentación de no seguir adelante después de leer el primer párrafo del libro, pero lo mejor de todo es que hasta el punto final, todos sentirán una misma emoción: que ‘La dama y el recuerdo’ vale la pena, que no es tiempo perdido, que es todo un descubrimiento y un disfrute, que ningún lector que se precie debe perderse.

Reseñando, 18 de abril de 2010

17 d’abr. 2010

«Io, giallista-avvocato, credo nella legge della strada»

Luca Crovi

Una giovane sposa che il giorno delle nozze spara sull’altare al proprio consorte. Un killer che appena uscito di prigione ritorna in azione per le vie di Barcellona. Una bimba che ha subito abusi terribili e nasconde esplosivo per un attentato. Sono alcuni degli ingredienti che costituiscono il plot di Non si deve morire due volte (Giano, pagg. 358, euro 17,5) di Francisco González Ledesma, scrittore con alle spalle una lunga carriera di avvocato e giornalista a La Vanguardia. Protagonista di questo arrabbiato noir è il disincantato ispettore Méndez già conosciuto dai lettori italiani nei precedenti Mistero di strada, Storia di un dio da marciapiede, La dama del Kashmir. Ed è lo stesso Ledesma (fra i protagonisti oggi del Festival Hispanica di Ivrea) a descriverci il suo personaggio: «Méndez vive da solo in una casa piena di libri, mangia poco e male, non ha gusto nel vestire, conosce la gente della strada, difende le donne e non ha alcuna pietà per i pedofili. In compenso è convinto che i piccoli delinquenti abbiano spesso diritto a una seconda occasione».

Come «nasce» il suo personaggio anti-eroe?

«Méndez prende ispirazione da quattro poliziotti reali che ho conosciuto di persona, uno dei quali era una guardia del corpo che si scordava sempre in giro la sua pistola. Gli altri erano agenti di buon cuore che vivevano in un’epoca corrotta e che credevano nella legge della strada, motivo per il quale non hanno mai ottenuto una promozione».

Com’è iniziata la sua carriera?

«Ho sempre desiderato fare lo scrittore. È un istinto a cui non so dare una spiegazione razionale. È probabile che il mondo in cui sono nato, povero e senza speranza, non mi piacesse e quando a qualcuno il proprio mondo non piace non ha altra soluzione che costruirsene un altro».

Quale fu la sua reazione quando il regime franchista la bollò come «rosso» e «pornografico»?

«Mi buttai giù perché non potevo lottare contro la decisione di un regime assolutista e mi accorsi che non avrei mai potuto pubblicare nulla di quello che scrivevo finché Franco fosse rimasto in vita. E così è stato. Ma la mia vocazione come scrittore non è mai vacillata. Anzi devo dire che la censura ha avuto su di me due effetti positivi: ha rinsaldato la mia volontà di scrivere e mi ha portato a vivere nell’umiltà. Chissà, magari se avessi potuto coltivare il successo a 21 anni mi sarei trasformato in un giovane presuntuoso che non credeva nel lavoro».

Quanto è stato difficile continuare a scrivere nell’ombra usando vari pseudonimi?

«L’umiltà e la necessità di guadagnarmi da vivere mi hanno portato a lavorare a una serie di avventure popolari che firmavo con lo pseudonimo di Silver Kane. È grazie a quel lavoro da galera che credo di aver imparato come si scrive davvero un romanzo».

Che storie erano?

«Erano romanzi di avventura. La censura franchista non mi avrebbe permesso di pubblicare opere di natura sociale e politica».

Cosa che invece fa ora con successo...

«I romanzi noir della mia epoca devono maggiormente al clima sociale dei romanzi nordamericani che non ai gialli alla Agatha Christie. A me interessa raccontare la vita della strada e per questo credo che i miei romanzi possano definirsi sociali».

Quanto la sua Barcellona è diversa da quella di Alicia Gimenez Bartlett o di Montalban?

«Montalban e io eravamo amici. Alicia lo è tutt’ora, e di certo i suoi libri meritano tutta la mia stima, ma i miei personaggi sono diversi dai loro. Anche perché ho sempre cercato di inserire nelle mie storie argomenti molto personali e basati sulla mia esperienza».

Non ha mai pensato a un team up fra Méndez e Pepe Carvalho?

«No, non ho mai pensato a una relazione Méndez-Pepe Carvalho. Hanno due personalità diversissime pur lavorando negli stessi bassifondi di Barcellona dove siamo nati io e Montalban».

Legge e giustizia cosa significano per il suo Méndez?

«È un tema delicato che a volte fa sì che la giustizia e la legge entrino in conflitto. Méndez sa che molte leggi sono costruite ad hoc per trovare scappatoie e non perseguono la giustizia. Giustizia che spesso si trova più facilmente per le strade piuttosto che in Parlamento. Méndez è consapevole di tutto ciò, ma sa anche che la legge della strada deve essere applicata con prudenza».

Il Giornale, 17 aprile 2010

¡Silver Kane vuelve al oeste!

Odiseo

Así es amigos amantes de los bolsilibros, tal y como lo han leído en el título del artículo… ¡Silver Kane vuelve al Oeste!

A sus 83 años, Francisco González Ledesma ha resucitado a Silver Kane, seudónimo con el que escribió a lo largo de más de 30 años 400 títulos, sobre todo del Oeste.

Ahora, como Silver Kane publica "La dama y el recuerdo", una novela que, según su autor, mantiene "todos los ingredientes de intriga y entretenimiento" que manejó en sus obras de los años cincuenta, sesenta y setenta.

Según palabras del autor "Mi ilusión es resucitar aquella época que tanto gustó en su momento; si no lo he conseguido con 'La dama y el recuerdo', pido un poco de clemencia: que el lector no dispare contra mí”.

¿Una leyenda del bolsilibros pidiendo clemencia? ¡Dios mío! Si somos nosotros, los amantes del bolsilibro, quienes debemos ponernos de rodillas y agradecerle a un monstruo de la legendaria editorial Bruguera, que se haya dignado a volver a escribir una novela del Oeste como de las de antaño.

"Me he atrevido a volver a mis años jóvenes de la aventura y la pasión, el sufrimiento y la virginidad literaria. He tratado de saber si, al cabo de tantos años, era capaz de escribir como un joven, regresar a la pureza de la aventura y resucitar un mundo que fue. La de Kane era una escritura espontánea. Un estilo ágil, fresco, espontáneo...", explica ahora el propio González Ledesma. Y por eso, el autor recupera su 'alter ego' en 'La dama y el recuerdo', la primera novela de Silver Kane desde que en España no hay censura.

Para que sigan deleitándose con tan maravillosa noticia, acá les dejo un video con ese monstruo del bolsilibro llamado Silver Kane.
Bolsi & Pulp, 17 de abril de 2010

15 d’abr. 2010

Una novela del oeste. Vuelve Silver Kane

La dama y el recuerdo
Francisco González Ledesma
(Editorial Planeta)
320 Páginas – 19,50 €

Recuerdo los tiempos gloriosos, muy en el pasado, de las novelas del oeste. Es esos tiempos, hace ya más de cuarenta años, los lectores cambiaban novelas como se cambian cromos. Los quioscos de prensa vendían las obras de Corín Tellado, en el apartado de amores imposibles, y las entregas semanales de Estefanía y Silver Kane, en el espacio de ajuste de cuentas en el lejano oeste. Y es precisamente Silver Kane, de nombre de pila Francisco González Ledesma, el creador e impulsor de estas novelas. Eran tiempos de novelitas de encargo y de vivir de lo que saliera. Y ahora, muchos años después, Silver Kane vuelve. Vuelve para saldar cuentas con el pasado y con nuestras añoranzas.

La dama y el recuerdo.
En un remoto pueblo de Kansas, Jackson, se cruzan los destinos de varios personajes. Unos atracadores irrumpen en el banco del puUna vez con el dinero en los bolsillos, se dirigen al saloon, donde las chicas los aguardan para ofrecerles sus servicios. Pero se encuentran con algo que no esperaban: Taylor, pistolero legendario que tiene un objetivo: acabar con Ford, el cacique del pueblo, representante del Gobierno y encargado de las negociaciones con los indios para la cesión de sus tierras, que tiene comprado al sheriff del condado y atemorizados a todos sus ciudadanos. La amante de Ford, Lena, es una mujer despiadada que no se detendrá ante nada ni nadie para hacerse con el poder, su única ambición. Lancaster es un cazarecompensas al que le descubriremos buen corazón.
Ketty River, la dama del título, la mujer más hermosa y con más clase del pueblo, utiliza otro nombre para ejercer con mano de hierro de jueza en la capital, Kansas City. Ketty llevará a cabo su venganza contra Ford (por haber sido violada en su juventud por él), que la acabará materializando el niño al que Taylor había salvado la vida junto a Fedra, una joven preciosa con la que acabará compartiendo su vida en la casa donde había vivido con su anterior mujer, asesinada por los hombre de Ford.
Enrique Moriel es un seudónimo de Francisco González Ledesma. La primera novela de la serie, La ciudad sin tiempo, fue un gran éxito, con más de 100.000 lectores y publicada en diez países. Enrique Moriel es también el nombre del protagonista de la primera novela del autor, Sombras viejas, prohibida por el franquismo y recuperada recientemente por Destino. Francisco González Ledesma se dedicó primero a la abogacía y más adelante al periodismo, siendo redactor jefe de La Vanguardia. Recibió el Premio Planeta 1984 por Crónica sentimental en rojo, protagonizada por el desengañado policía Méndez, hijo de los barrios bajos barceloneses y conocedor impío de los altos. La serie policiaca de Méndez, de éxito internacional, incluye también El expediente Barcelona, Las calles de nuestros padres, La dama de Cachemira, Historia de Dios en una esquina, El pecado o algo parecido (Premio Dashiell Hammett 2003), Cinco mujeres y media y Una novela de barrio (Premio RBA 2007). El Premio Pepe Carvalho 2005 reconoció su trayectoria como autor de novela negra. Fue Premio Ciudad de Barcelona de Cine y Premio Roda Ventura del Colegio de Abogados.

La librería de Javier, 15 de abril de 2010

González Ledesma se reencuentra con Silver Kane

Raúl González Zorrilla
Francisco González Ledesma ha resucitado, a sus 83 años, a Silver Kane, seudónimo con el que escribió a lo largo de más de 30 años 400 títulos, sobre todo del Oeste, tras ser censurado por rojo y pornógrafo por su primera novela "Sombras viejas", con la que ganó el Premio Internacional de Novela en cuyo jurado estaba Somerset Maugham.
Ahora, Silver Kane publica "La dama y el recuerdo", una novela que, según su autor, mantiene "todos los ingredientes de intriga y entreteniento" que manejó en sus obras de los años cincuenta, sesenta y setenta. "Mi ilusión es resucitar aquella épica que tanto gustó en su momento; si no lo he conseguido con 'La dama y el recuerdo', pido un poco de clemencia: que el lector no dispare contra mí." Ledesma señala que, en sus orígenes, para redactar sus novelas del Oeste "buscaba inspiración en películas como 'La Diligencia' o 'Solo ante el peligro', luego leí libros sobre la historia de EE UU."

Espacio Libros, 15 de abril de 2010

Francisco González Ledesma, a "En días como hoy"

A las 10, Manolo H. H da voz con su 'Microfonazo' a los examinadores de Tráfico y a sus quejas... Denuncian que cada vez sufren más agresiones por parte de alumnos que suspenden el Carnet de conducir. Hoy recibimos a Francisco González Ledesma , que nos presenta su libro "La Dama y el recuerdo", una historia del antiguo oeste que nos recuerda sus novelas de antaño firmadas otra vez con su pseudónimo: Silver Kane. Continuamos con Joaquin Araújo y sus lecciones magistrales sobre la naturaleza. Hoy nos acerca a la Dehesa. Le sigue Mario Caballero y su 'Gobierne quien Gobierne'. Hoy nos presenta cursos para dejar de fumar. El 'Audiozaping' de Fernando Ramos y 'Las Cosas' de Victor Amela


Radio Nacional de España, "En días como hoy", 15 de abril de 2010

13 d’abr. 2010

Entrevista con Francisco González Ledesma

www.idealtv.es/panorama/cultura/entrevista-francisco-gonzalez-ledesma-87096.html

IdealTV.es, 13 de abril de 2010

Jordi Porta, Montserrat Carulla i González Ledesma, entre els 45 distingits amb la Creu de Sant Jordi

El Govern ha acordat concedir la Creu de Sant Jordi a 32 personalitats i 13 entitats que han destacat “pels serveis prestats a Catalunya en la defensa de la seva identitat o, més generalment, en el pla cívic i cultural”. Entre els guardonats hi ha Jordi Porta, fins fa poc president d’Òmnium Cultural; Montserrat Carulla, mecenes i presidenta de la Fundació Lluís Carulla; l’escriptor i periodista Francesc González Ledesma; Maria Àngels Falquès, activista cultural i editora, fundadora d’Edicions del Trabucaire; Helena Cambó, mecenes, presidenta de l’Institut Cambó i acadèmica de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi; Tomàs Gil, músic i compositor de sardanes; Joaquim Díaz, actor i director de doblatge; o el compositor valencià Manuel Oltra. L’acte de lliurament tindrà lloc el proper dia 21 d’abril al Saló Sant Jordi del Palau de la Generalitat.
També han rebut la Creu de Sant Jordi el fotògraf Jordi Gumí; Teresa Juvé, pedagoga i escriptora; Manuel Pérez Bonfill, escriptor i professor de llengua i literatura; Joan Vila Grau, pintor i vitraller; Teresa Maria Castanyer, lingüista, durant 25 anys al capdavant dels serveis d’assessorament lingüístic de Televisió de Catalunya; i Josep Fornas, editor, polític i assessor fiscal.
Entre les entitats, han rebut la Creu de Sant Jordi l’Esbart Català de Dansaires, l’Escola Valenciana – Federació d’Associacions per la Llengua, la Federació de Grups Amateurs de Teatre de Catalunya, el Casino Unió Comercial de Vilafranca del Penedès, la Casa Catalana de Saragossa, la Societat Coral La Badalonense o l’Associació del Via Crucis Vivent de Sant Hilari Sacalm.

Cultura 21, 13 d'abril de 2010

12 d’abr. 2010

"Silver Kane reivindicaba una vida en la que el honor es importante"

LUGAR DE NACIMIENTO Barcelona, 1927
TRAYECTORIA: Periodista, guionista de historietas, novelista especializado en el género policíaco. Acaba de presentar una novela del oeste con su antigüo seudónimo, Silver Kane.

Nuria Navarro

los 21 años escribió una novela titulada Sombras viejas , que aplaudió Somerset Maugham y le condenó a 30 años de ostracismo por "rojo y pornógrafo" (en la novela un tipo le ponía la mano en la rodilla a una señorita). Así que se sacó la carrera de Derecho y, con el seudónimo de Silver Kane, escribió 400 novelas del Oeste para Bruguera. En aquella época pretecnológica, le leyeron entre 20 y 30 millones de españoles. Llegada la democracia, Francisco González Ledesma pudo escribir sin máscara lo que le dio la gana. Logró el Planeta (Crónica sentimental en rojo ) y el RBA ( Una novela de barrio ). A los 83 años vuelve a ser Silver Kane con La dama y el recuerdo (Planeta).

--¿Un ataque de nostalgia?

--Estaba escribiendo una novela de la serie del detective Méndez y de repente me pregunté: ¿Serías capaz de escribir como entonces, con un estilo juvenil, casi con rabia?.

--Es evidente que sí.

--Dispuesto a no cobrar anticipo y a romper la novela si no salía bien, hice la prueba. Y me sentí joven otra vez. Volví a estar a gusto con el pistolero, la dama del saloon, las tribus indias. Elementos ingenuos, pero cargados de verdades absolutas como la vida y la muerte.

--Pero eso, en tiempos de Gürtel...

--Antes la gente era más crédula, pero la tipología humana no ha cambiado. Lo que hoy pasa en España podía haber pasado allí. Un tío como Correa habría sobrevivido sin problema en el Far West. En mi novela aparece Ford, un administrador de las tribus indias que saca dinero de debajo de las piedras.

--Oiga, ¿y cómo podía recrear el Oeste sin poner un pie allí?

--El primer Silver Kane lo firmé en 1952 y no fue hasta 1965 cuando tuve dinero para pagarme el viaje. Mientras, lo saqué todo de la imaginación y de libros norteamericanos que me conseguía Víctor Mora a través de contactos. Tenía uno sobre la compañía Well Fargo de diligencias, historias de los jueces americanos, de las tribus indias... Y no cometí grandes errores.

--De manejar un Colt, nada de nada.

--Tengo uno que he convertido en lámpara de mesa, je, je. Pero yo, como se dice en el Ejército, soy un tirador de primera. Con fusil, ¿eh? Lo sé todo sobre las armas.

--¿Y eso?

--Cuando estudiaba Derecho, costeado por una tía mía de Zaragoza que me acogió durante la guerra, en vez de ir a quintas, fui de campamentos y llegué a alférez provisional, que era el que iba 20 metros antes del soldado más valiente. Estuve en Ronda y en el Pirineo de los maquis. Luego me ascendieron a capitán y me dieron una compañía.

--¿Y era un oficial franquista...?

--¡Eso me creó un dilema moral tremendo! Yo no quería matar a ningún maquis, sobre todo a los de Marcel.lí Massana. Así que, cuando sabía que estaban en el norte, yo iba para el sur. Además, tuve otro problema: a mis soldados, fuera de servicio, les hablaba en catalán. Me abrieron un expediente por separatista, y me degradaron a soldado. A los 28 años me hicieron repetir el servicio militar. Pero el sentido del honor me quedó dentro. Se ha perdido la hombría, como se ha perdido el orgullo del trabajo y los ideales. Silver Kane reivindicaba una vida en la que el honor tiene importancia.

--Siendo rojo es curioso que quisiera ser militar.

--Me había acostumbrado a la muerte. En octubre del 34, las calles se llenaron de tiros. Luego, el 19 de julio, de cadáveres. El Poble Sec bullía de gente que pedía un arma para defender la libertad. Mi padre fue a la barricada de El Molino para que no pasaran los militares de Drassanes... Admiraba a aquellos milicianos que iban con escopetas de mierda.

--Acabó disparando en un paisaje de ficción.

--Detrás de las novelas de Silver Kane había una intención secreta...

--Cuente usted.

--Yo era un rojo de barrio pobre. Ahora soy un rojo desengañado, porque veo a tanto político robar... Quería que la gente, al leer mis novelitas, vieran que al sheriff y al juez los elegía el pueblo, y que había jurado popular. Esperaba que el lector se diera cuenta de que el país estaba muy jodido, de que se le usurpaban derechos fundamentales.


El Periódico de Extremadura, 12 de abril de 2010

11 d’abr. 2010

Un 'Far West' para el siglo XXI

González Ledesma celebra su nueva entrega de Silver Kane

Rosa Mora

"Amigo lector: esta es la obra de un viejo insensato que se ha atrevido a ser joven". Francisco González Ledesma llegó ayer con 12 minutos de retraso a la librería Negra y Criminal, donde celebró con sus lectores la publicación de La dama y el recuerdo (Planeta), una novela del Oeste en la estela de las muchas que publicó a partir de 1952 y durante más de tres décadas con el seudónimo de Silver Kane.
En el cercano mercado de la Barceloneta un grupo de jóvenes atronaba el barrio a ritmo de tambor y bailes. En la pequeña librería se aglomeraban los lectores, impacientes. Ledesma, Paco para todos, con juvenil camisa rosa, bromeó ensordecido por los tambores: "Este recibimiento es para mí, ¿verdad?". Sus lectores no le dieron tregua. Le asaltaron para que firmara ejemplares, sobre una enorme Honda, antes de entrar en la librería. Era algo más de la una de la tarde, pasadas las dos seguía firmando, pero ya instalado en una pequeña mesa, junto a los tradicionales mejillones de los sábados.
"Me he atrevido a volver a mis años jóvenes de la aventura y la pasión, el sufrimiento y la virginidad literaria. He tratado de saber si, al cabo de tantos años, era capaz de escribir como un joven, regresar a la pureza de la aventura y resucitar un mundo que fue". El librero Paco Camarasa jaleó este retorno de la novela popular.
En La dama y el recuerdo hay pistoleros y cazarrecompensas muy legales, un cacique muy corrupto, un heroico jefe indio valiente hasta la muerte, prostitutas de saloon con un pasado de amargura, una juez justiciera... Todos los atractivos del fabuloso Lejano Oeste. Historias de lealtad y amor, de pasión y muerte.
Ledesma, el maestro, ha hecho algo muy bonito. Ha convertido al legendario autor Silver Kane en personaje. En esta novela, es el director de un pequeño diario de una remota población inventada de Kansas en los tiempos en que se construía el ferrocarril.
Para escribir esta novela, Ledesma dejó a medias una nueva historia del inspector Méndez. Se da 12 meses para terminarla. Está ambientada en el Raval, en el tiempo en que se hizo la nueva rambla. Mataron a una niña en una de las casas que derribaron.
Si al público le gusta La dama y el recuerdo, a Ledesma no le importaría escribir otra novela del Oeste.

El País, 11 de abril de 2010

Silver Kane vuelve al Saloon

Raquel Vallés

El nombre de
González Ledesma está unido a la novela policíaca de corte social y a su personaje el detective Méndez, quien, con su peculiar estilo, lleva años y libros mostrándonos otra cara de la ciudad de Barcelona, más negra y contradictoria. Pero Francisco González Ledesma no es el único nombre con el que se nos presenta el autor. Sus dos primeras novelas “serias” las presentó bajo el pseudónimo de Enrique Muriel, pasando después a ser uno de los reyes de la novela “de a duro“, Silver Kane, quien junto a Marcial Lafuente Estefania, llenó los kioscos de aventuras de vaqueros, tíos duros, mujeres peligrosas y muchos, muchos cadáveres.

Escribir estas novelas eran la salida para muchos escritores que no podían escribir otras cosas, caso del propio Ledesma que vio como se censuraba su primera novela, Sombras viejas, y que conseguían así publicar de manera continua. Estas novelas, románticas, del oeste, de ciencia ficción… alimentaban la imaginación de miles de españoles entre los años cincuenta y setenta, cumpliendo varias condiciones: eran baratas, cortas (no más de cien páginas) y emocionantes, sin grandes descripciones y recurriendo a lugares comunes reconocidos y buscados por los lectores. Esta versión española del pulp todavía se puede encontrar en los kioscos aunque, según los entendidos, no llega al nivel de las originales.

Esperemos que este no sea el caso de la nueva novela de Silver Kane, quien regresa con una nueva aventura, La dama y el recuerdo, de la mano de la editorial Planeta y, por tanto, en un formato muy diferente al clásico de Bruguera (una duda, ¿las páginas eran amarillentas de origen?) y no sabemos si podremos encontrarlo en los kioscos o tan solo en las librerías; sea como sea seguro que no nos permiten cambiarla por otra cuando acabemos de leerla.

Lecturalia, 11 de abril de 2010

9 d’abr. 2010

Francisco González Ledesma regresa a la novela del Oeste con Silver Kane

El escritor, censurado durante la dictadura franquista, recupera un género que le convirtió en autor de referencia

Tomás García Yebra

Francisco González Ledesma ganó en 1948, con la novela 'Sombras viejas', el Premio Internacional de Novela. Tenía entonces 21 años. Entre los miembros del jurado se encontraba -nada más y nada menos- que Somerset Maugham. «Me la premiaron, pero no pasó la censura franquista», recuerda este escritor, abogado y periodista. «Situé la acción en un barrio pobre de Barcelona, y ya por ese detalle me tildaron de 'rojo', pero no acabó ahí el asunto; en un momento determinado, uno de los personajes apoya la mano sobre la rodilla de la chica; yo no veía ninguna cosa pecaminosa en el gesto, pero el censor sí lo vio, me dijo: 'Está muy claro que esa mano, lo que quería, era subir hacia arriba'».
Le crucificaron. Por 'rojo' y por pornógrafo. «Mientras viva el Caudillo, usted jamás publicará nada en este país», fueron las palabras que escuchó de la censura franquista. «Mi futuro, en el mundo de la literatura, se presentaba negro», explica. «Pero tuve la fortuna de contactar con la editorial Bruguera y aquello fue como el maná. Me encargaron novelas de género, especialmente de tema policiaco y del Oeste, y fue cuando cree el pseudónimo de Silver Kane».
A lo largo de 30 años, Ledesma publicó más de 400 títulos, especialmente del Oeste. «En una semana me despachaba novela y media». La novela popular estaba copada por tres nombres: Marcial Lafuente Estefanía, Corín Tellado y Silver Kane. «La editorial Bruguera ganó mucho dinero conmigo, y yo también me embolsé mis buenos cuartos; había meses que se llegaron a vender 60.000 ejemplares de mis novelas».
Ahora, a los 83 años, Francisco González Ledesma ha resucitado a Silver Kane con 'La dama y el recuerdo' (Planeta), una novela que mantiene «todos los ingredientes de intriga y entretenimiento» que manejó en los años 50, 60 y 70. «Me he atrevido a volver a mis años jóvenes de aventura y pasión, de sufrimiento y virginidad literaria», subrayó Ledesma, premio Planeta en 1984 con 'Crónica sentimental en rojo' y uno de los autores de referencia de la novela negra actual. «Mi ilusión es resucitar aquella épica que tanto gustó en su momento», señaló
.

La Voz Digital, 8 de abril de 2010

González Ledesma rescata a Silver Kane, el escritor de novelas del Oeste

El autor recupera su antiguo pseudónimo y publica el libro 'La dama y el recuerdo'

El franquismo le acusó de rojo y pornógrafo por Sombras viejas, que ganó el Premio Internacional de Novela, y eso llevó a González Ledesma a escribir bajo el pseudónimo de Silver Kane para firmar más de 400 novelas del Oeste entre los años 50 y 70. Ahora, a sus 83 años, vuelve con La dama y el recuerdo.

Un homenaje con el que el escritor barcelonés Francisco González Ledesma, abogado, guionista, periodista e icono de la novela negra, regresa al salvaje Oeste de pistoleros, damas de saloon, indios, cementerios, caballos y sheriffs, en una Kansas donde "el sentido de la justicia se mezcla con la crueldad", como reconoció ayer el autor durante la presentación de La dama y el recuerdo (Planeta).

Una experiencia y regreso a un género que le ha devuelto "juventud" y "emoción" a González Ledesma, curtido en la dura posguerra, con el hambre en las calles de una Barcelona, dice, en la que "imperaba la solidaridad", característica que no ha abandonado a este hombre, bonachón y humilde, que asegura que con esta nueva novela, solo quiere "entretener y que la gente se lo pase bien".

"Escribir estas novelas me dio dinero", apunta. "Se vendían muy bien porque no había televisión. Eran baratas y a la gente le entretenían desde la primera página. Éramos tres los que estábamos: Manuel Lafuente Estefanía, Corin Tellado, con sus novelas de amor, y yo, con las novelas del Oeste, de las que vendí 60.000 ejemplares al mes".

Ledesma cobró por su primera novela 150 pesetas, que le pagaron a plazos. Tiempos grises en los que González Ledesma no había visitado el Oeste y sólo se podía alimentar para sus guiones con películas, como La diligencia, Duelo al sol, Solo ante el peligro o Camino de Santa Fe, entre otras. Luego le traerían todo el material de fuera, que traducía con ayuda.

Pasado el tiempo, y ya en democracia, sí pudo visitar el Oeste americano y las tribus indias de las que tanto habló en sus libros de quiosco y pipas, con "ingenuidad, rapidez y entusiasmo", los tres ingredientes que asegura que le hacían falta para escribir hasta las seis o siete de la madrugada sus novelas, ya que por el día estudiaba y trabajaba; primero de abogado, luego de periodista.

"Novelas con todos los tópicos del Oeste mezclados con situaciones dramáticas", relata el autor y añade: "Pero las grandes verdades de la vida también son ingenuas, la muerte y la vida son las dos grandes ingenuidades, ¿no?", espeta.

Cuando González Ledesma pudo escribir con su verdadero nombre, tras la muerte del dictador, publicó novelas como Los Napoleones (1977) o Expediente Barcelona, primera de sus intrigas protagonizadas por el inspector Méndez y finalista del Premio Ciutat de Valéncia, en 1983, con el que ganó el Planeta.

Granada Hoy, 8 de abril de 2010

8 d’abr. 2010

González Ledesma resucita a Silver Kane en "La dama y el recuerdo"

El autor barcelonés publicaba novelas del oeste bajo este seudónimo durante el franquismo

Carmen Sigüenza

El franquismo le acusó de rojo y pornógrafo por Sombras viejas, que ganó el Premio Internacional de Novela, y eso le llevó a escribir bajo el pseudónimo de Silver Kane para firmar más de 400 novelas del Oeste entre los años 50 y 70. Ahora, a sus 83 años, vuelve con La Dama y el recuerdo.

Un homenaje con el que el escritor barcelonés Francisco González Ledesma, abogado, guionista, periodista e icono de la novela negra, regresa al salvaje Oeste de pistoleros, damas de saloon, indios, cementerios, caballos y sheriff, en una Kansas donde "el sentido de la Justicia se mezcla con la crueldad", como reconoció el autor durante la presentación del libro. Una experiencia y regreso a un género que ha devuelto "juventud" y "emoción" a González Ledesma, curtido en la dura posguerra, con el hambre en las calles de una Barcelona, dice, en la que "imperaba la solidaridad", característica que no ha abandonado a este hombre, bonachón y humilde, que asegura que con esta nueva novela, solo quiere "entretener y que la gente se lo pase bien". "Escribir estas novelas me dio dinero -apunta-. Se vendían muy bien porque no había televisión. Eran baratas y a la gente le entretenían desde la primera página. Éramos tres los que estábamos: Manuel Lafuente Estefania, Corín Tellado y yo, con las novelas del Oeste, de las que vendí 60.000 ejemplares al mes".

Tiempos grises en los que González Ledesma no había visitado el Oeste y sólo se podía alimentar con películas como La Diligencia, Duelo a sol, Solo ante el peligro o Camino de Santa Fe, entre otras. Pasado el tiempo, sí pudo visitar el Oeste y las tribus indias de las que tanto habló en sus libros, con "ingenuidad, rapidez y entusiasmo", los tres ingredientes que asegura que le hacían falta para escribir hasta las siete de la madrugada sus novelas, ya que por el día estudiaba y trabaja. "Novelas con todos los tópicos del Oeste mezclados con situaciones dramáticas", relata el autor y añade: "pero las grandes verdades de la vida también son ingenuas, la muerte y la vida son las dos grandes ingenuidades, no?".

Noticias de Alava, 8 de abril de 2010

Silver Kane cabalga de nuevo

Con este popular pseudónimo González Ledesma escribió casi 400 novelas del Oeste. Ahora vuelve con La dama y el recuerdo

Alberto Ojeda

Silver Kane es un pseudónimo que trasladó con sus novelas a miles de españoles al lejano Oeste norteamericano. Durante el franquismo los ejemplares baratos firmados por él volaban de los kioskos. Pero ese pseudónimo y ese éxito escondían una triste realidad: la de un autor apremiado por necesidades alimenticias y crucificado por la censura, que debía vender su pluma al mejor postor.
Silver Kane era el escudo literario de Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927). Su historia puede considerarse como una auténtica epopeya literaria: “Empecé con la serie del Oeste en el 52 y acabé sobre el año 80, poco antes de ganar el Planeta. En ese tiempo escribí alrededor de 400 novelas”, explica. “Venía de una familia muy pobre y era un autor prohibido. Cuando terminé la carrera, con 22 años, no encontraba trabajo. La editorial me dijo que en España no había casi novelas del Oeste y que me daría la oportunidad de publicar si escribía alguna”.
Ahí empezó un calvario stajanovista. Trabajaba por el día en el despacho de abogados primero y luego, cuando se hartó de litigios, en el periódico La Vanguardia. Y de madrugada, ya mutado en Silver Kane, escribía hasta caer vencido. Su entrega era total, porque antes de dar el cabezazo definitivo se permitía el lujo de ocuparse de lo que realmente le interesaba: “las calles de Barcelona y sus historias”. ¿Se llegó a sentir un hombre uncido a un teclado? “La verdad es que he trabajado de una manera sobrehumana, como un esclavo casi”.
Ahora Silver Kane cabalga de nuevo. Pero sin yugo sobre la cerviz. Acaba de presentar La dama y el recuerdo, un nuevo libro firmado con el popular sobrenombre, casi tres décadas después de cerrar su serie del Oeste. “He querido probarme a mí mismo. Ver si era capaz de escribir a mi edad con la misma fuerza e imaginación que cuando era joven”. Al duelo consigo mismo -o mejor dicho: contra aquél que fue- acudió González Ledesma con toda la honestidad que le caracteriza: “Le planteé al editor mi intención, pero no quise cobrar ningún anticipo, porque si no me gustaba cómo quedaba el libro, lo rompería y no tendría que devolver nada”.
El autor barcelonés se sintió bien en mitad del reto: “Noté que las teclas de la máquina de escribir volvían a ser de nuevo una prolongación de mis dedos”. Aunque el viejo vaquero no desenfundara tan rápido como antes, tenía un par de ventajas de gran ayuda: “mayor experiencia y poder narrar sin una limitación de tiempo”. González Ledesma ha quedado “muy satisfecho con el resultado”. Asegura que ha conseguido lo que quería: “Ser fiel al espíritu del joven Silver Kane y escribir una novela de esas que coges y ya no la puedes soltar”.
Cuando se puso manos a la obra con La dama y el recuerdo dejó a medias la última entrega de la saga de su detective Méndez. Pretende rematarla estos días y rematarla en un año. “Puede ser la última”, afirma. ¿Es que se ha cansado del personaje? “No, es que uno ya tiene una edad”. Su pesimismo lúcido cierra la charla.

El Cultural, 8 de abril de 2010

7 d’abr. 2010

González Ledesma regresa al Oeste

J. Ors

El escritor recupera el seudónimo de Silver Kane y vuelve a la literatura popular con «La dama y el recuerdo»

En Jackson, Kansas, estaban acostrumbrados a que ocurrieran muchas cosas, pero aquella mañana sucedieron cuatro: los cien relojes de cuerda del pueblo se detuvieron, un hombre quiso comprar el cementerio, un pistolero desconocido dejó el salón repleto de muertos y un jefe indio, sin una gota de whisky en las venas, quiso contratar la paz para su tribu en un lugar donde los niños crecen masticando cuero. Francisco González Ledesma ha desenfundado de nuevo el viejo seudónimo de Silver Kane para volver a los lejanos horizontes del Oeste en «La dama y el recuerdo» (Planeta). Regresa, después de años de ausencia, al terreno de la literatura popular, a la moral de unos tipos habituados a prender los mixtos en la barba sin rasurar y a llevar las cartucheras inclinadas en la cintura por el peso sin complejos de los revólveres. Una geografía donde las serpientes de cascabel son menos peligrosas que las prostitutas y los caballos reciben más atenciones que la chica más guapa y mejor vestida del local. Y Ledesma lo hace a lo grande, como debe ser, soltando toda su munición y saber. En la página ocho del libro se le agolpan dos cadáveres; pero en la diez se le amontonan ya cinco matones sin pasado, uno de ellos «sheriff». «He escrito cuatrocientas novelas de este tipo.

Llevaba mucho tiempo sin hacer una y quise averiguar si sería capaz de contar de nuevo una historia de aventuras. Se lo propuse a mi editor. Si me sale bien, te la entrego; si no me gusta, la tiro, le dije. Aceptó. Ahora llega a los lectores», explica el autor, que está entusiasmado. Luego se comprende por qué. «Lo cierto es que deseaba volver a ser joven», reconoce. Y entonces se entiende que la felicidad que resuena en su voz es parte de esa juventud recobrada.

Fenómeno de masas

Comenzó a escribir muy pronto. Con apenas veinte años. Ganó un premio. Se lo pudo entregar el mismo Somerset Maughan, pero aquel título fue tildado por el franquismo de inadecuado o de impropio. González Ledesma quedó esquinado y desterrado de los senderos de la palabra escrita. Pero no Silver Kane. «Los que escribíamos esta clase de novelas éramos personas cultas. Periodistas, jueces, profesores represaliados por el franquismo, pero que tenían una cultura», recuerda. Y es que, aunque retirada de la historia oficial de la literatura, esos libritos de 10 por 15 centímetros, de unas cien páginas, que comenzaron a editarse en los cuarenta y cuajaron en los cincuenta, fue un auténtico fenómeno de masas. El antecedente de los grandes chupinazos del «best seller» moderno que aglutina a una feria de «fans» delante de las librerías de referencia. «Por las cifras de ventas nos podrían comparar a esos autores. Pero había una condición. Estas obras eran mucho más baratas. De una novela mía podían imprimirse 24.000 ejemplares y a lo mejor escribía tres al mes. Luego estaban las reediciones. Generalmente se imprimían entre 14.000, para los autores menores, y esa cantidad. Yo llegué a redactar hasta dos a la semana. Pero no nos convertimos en señores ricos (se ríe), el que lo lograba era el editor». En la dictadura se leía lo que escribían estos chicos señalados por su ideología: es parte de la paradoja. Y se hacía con devoción. El público conocía la fecha de la publicación y aguardaba en los quioscos para adquirir la siguiente historieta. «Resultó un aprendizaje verdaderamente duro. Había que escribir mucho y dormir muy poco. Pero en aquel momento, en España la gente estaba acostumbrada a trabajar mucho. La mayor dificultad es que debía contener acción, pero a la vez ser original. Ese imaginario estaba trillado y tú tenías que aportar algo diferente a los demás. Algo nuevo, porque todo estaba muy limitado. Silver Kane me enseñó gran parte de la técnica novelística que poseo ahora, el itinerario para mantener la atención de los lectores», cuenta.

Altura literaria

La documentación corría por cuenta de cada uno. Había quien aplicaba el ingenio y con un plano de Chicago y una guía de viajes, emulaba a Raymond Chandler y nadie notaba el truco de aquel trampantojo. La obsesión de González Ledesma por la fidelidad le condujo a adquirir libros de diferentes características: pueblos nativos, clases de armas, historias del ferrocarril y la guerra civil americana... Se los enviaban por correo desde Estados Unidos y los leía con fruición. «¿Por qué el Oeste? Era una manera de eludir problemas con la censura. También servía para distraer a la gente en esa época. Esa clase de literatura era ingenua, es cierto, y los personajes estaban definidos, no lo niego, pero se llegó a alcanzar altura literaria. Conozco a muchas personas, de hecho, que se iniciaron leyendo mis historias. Una vez, en un Instituto Cervantes, uno de los responsables me vino con una lista de mis títulos y me dijo, sólo me faltan éstos. Matilde Asensi me ha reconocido que la afición a la lectura la adquirió a través de estas publicaciones». A González Ledesma sólo le queda el sabor amargo de no haber conocido mejor a sus compañeros. «Había un ex coronel de la Guardia Civil que era republicano, un empleado del ayuntamiento de Valencia, pero apenas quedábamos. Todos estábamos trabajando en historias nuevas», dice riendo. Él los leía porque desempeñaba un cargo en una editorial y tenía que corregir muchas pruebas. «Recuerdo a un capitán del ejército franquista que había sido expulsado por robar a la compañía. La novia le ayudó a escapar de la cárcel y vivía de esto. Un día llegó a la editorial. Se le indicó que debía varias novelas. Entonces dictó una allí mismo al linotipista. De corrido. Y le quedó muy bien. Una de las mejores. Tenía una gran capacidad narrativa». Sólo queda una pergunta. ¿Por qué Silver Kane? González Ledesma vuelve a reír. «Usábamos nombres americanos porque con los nuestros nadie habría creído que habíamos vivido en EE UU. Silver Ray era uno de los personajes que me inventé cuando escribía guiones para cómics. Kane fue por un dibujante que admiraba: Milton Caniff».

Pioneros de la literatura popular

¿Por qué tuvieron tanto éxito estos libros? José-Carlos Mainer, catedrático de Literatura de la Universidad de Zaragoza y director de la nueva «Historia de la Literatura Española» (Crítica), aporta algunos aspectos importantes: «Las colecciones populares existían desde principio de los años veinte, pero, digamos que el mecanismo industrial se asienta en los cuarenta. En esos años no existen demasiadas alternativas para entretenerse y el régimen es incapaz de crear una cultura popular de nivel. Estas obras eran, además, un producto barato. Más, al menos, que las ediciones enteras». González Ledesma coincide con él en algunos aspectos: «No había televisión en esa época. Y las posibilidades de divertirse eran muchas menos. Se tiene que pensar que la población tampoco tenía demasiado dinero. Estos libros los podía comprar por muy poco». Silver Kane fue uno de los autores que contaba con más seguidores. Una fama que compartía con otro nombre: Marcial Lafuente Estefanía (en la imagen de la izquierda) que fue ingeniero y recorrió EE UU durante parte de su juventud –una experiencia que después le valdría para trazar la atmósfera y realzar los detalles que le servían para hacer más verídicas sus historias–. Según la leyenda, Jardiel Poncela le dio un consejo: «Escribe para que el público se divierta. Es la única forma de ganar algo de dinero». Le hizo caso.

TÍTULO: «La dama y el recuerdo».
AUTOR: Silver Kane
EDITORIAL: Planeta. 310 págs., 19,50 euros

La Razón, 7 de abril de 2010

Ciudadano Silver Kane

González Ledesma regresa a la literatura del Oeste, un género que vuelve a cabalgar

MARTÍN OLMOS.

Valle Inclán solía decir: «Una idea la puede tener cualquiera, pero a ver si pinta usted un gitano con una burra». Francisco González Ledesma aprendió a pintar estampas calés a la fuerza, para quitarse el hambre de la posguerra dura y poderse pagar los estudios de Derecho con los que encarar con algo más de cintura el futuro imperfecto. Cambió al gitano de aceituna por el pistolero de la llanura, de nombre Bill, de apodo Tex, parco de verbo, generalmente taciturno y suelto de colt, y a la burra la ascendió a caballo mesteño, que a veces se llamaba Diablo y acudía al silbido. Se vistió con un nombre gringo y se puso al tajo, con una olivetti, mirando al Mediterráneo, cobrando a plazos, y firmó las cuatrocientas novelas de un oeste que se vendía a duro en los portales de las chucherías, con los Celtas sueltos y los palos de regaliz. A un millón de kilómetros de Arizona.

Como Francisco González Ledesma no existía, tuvo que existir Silver Kane. O más bien, a Francisco González Ledesma, como escritor, no le dejaban existir por ser, según la censura franquista, rojo y pornógrafo, así que se tuvo que poner a tramar balaceras de yanquis de la frontera sin pararse mucho a florearlas, porque le tocaban a dos novelas por semana. A ese ritmo, o se aprendían trucos o se quedaba uno en la cuneta: una bala era una bala, como la rosa de Gertrude Stein, o, apurando mucho, un proyectil, y ahí se acababan los sinónimos.

Ledesma le contó a Fernando Sánchez Dragó que durante un apagón que duró horas, de los frecuentes que había en Barcelona, tuvo que subirse al tejado para rematar una novela a la luz de la luna y cumplir a la mañana siguiente con el plazo de entrega.

Ahora Silver Kane ha regresado. Cuarenta años después aparece editada por Planeta una nueva entrega, 'La dama y el recuerdo', y González Ledesma mantiene vivo el seudónimo.

Seguramente, las novelitas de quiosco fueron lo más parecido que hubo en España a las publicaciones 'pulp' norteamericanas. Se envolvían en portadas abigarradas pintadas al guaché y metían anuncios de crecepelo en la página del final. Eran la literatura de los pobres, de la que los académicos decían que era como el agua mineral, que bebas la que bebas, siempre sabe igual. Generalmente ni se compraban, sino que se cambiaban en el cajón de la tienda, con lo que muchos ejemplares ostentaban las marcas del lector, como un hierro de res, para distinguir las leídas, igual que un ex libris pero pragmático y sin pretensión, más que nada para no repetir el tiroteo.

División por géneros

Se dividían según el género, fuesen de marcianos o del FBI, pero, aparte de los romances de azúcar de Corín Tellado y Carlos de Santander, las que más abundaban eran las del Oeste, de las que había tanta producción (porque existía la demanda) que tuvieron que ordenarse en colecciones.

Además de Silver Kane, que se ocupaba de las de Bravo Oeste, Clark Carrados escribía las de la serie Bisonte, Keith Luger las de Ases del Oeste, Donald Curtis las de California y, claro, Marcial Lafuente Estefanía, que debía tener tres manos derechas, las de Texas, Kansas y Bufalo.

Detrás de esos nombres de matón de Abilane había estajanovistas del colt que escondían muchas biografías de hambre y represión. Encima de la tecla rápida, detrás del argumento fugaz y la avaricia en el adjetivo, estaban los jueces castigados, los arquitectos sin proyecto y hasta el letrista de 'El último cuplé', al que no le daban otro trabajo. Estaban los que perdieron. Edward Goodman era el periodista anarcosindicalista Eduardo Guzmán, que había levantado la noticia de los sucesos de Casas Viejas, y Keith Luger era Miguel Oliveros Touan, antiguo funcionario del ayuntamiento de Valencia.

Marcial Lafuente Estefanía era ingeniero y había sido general de artillería en el Ejército republicano, y había visto de muy cerca un pelotón de fusilamiento, desde la parte menos saludable de la formación. Luis García Lecha era funcionario de prisiones cuando conoció a Francisco González Ledesma en la Modelo, donde éste se guardaba del sol, y le ayudó con alguna trama hasta que se puso por su cuenta, pidió una excedencia, y se convirtió en Clark Carrados y en Louis G. Milk (Lecha por Milk, seguro que lo han pescado). García Lecha era el único franquista de la cuadra, lo que venía muy bien al resto cuando requerían un favor por haberse metido en un apuro. Lecha cumplía, igual le daba el bando, honor de pistoleros. Como la naturaleza imita al arte, era como en los westerns de Hollywood, en los que los combatientes derrotados de la Confederación tenían que buscárselas con el revólver con la necesidad vital de ser rápidos.

Desde el Poble Sec

Francisco González Ledesma nació en Barcelona en 1927, y se crió en el barrio del Poble Sec, entre la montaña de Montjuic y el puerto, en donde también nació Serrat y la mitad del grupo Los Mustang. El nombre de Pueblo Seco le venía porque hasta 1894 no pusieron en la zona ni una fuente. La avenida del Paralelo lo separaba del Barrio Chino, con lo que la zona andaba surtida de faroles rojos y cabarets, y de muchachos que veían de farra el amanecer.

González Ledesma estudió con los Escolapios, que tenían la mano larga, y en el instituto Balmes, en donde recibió clases de Guillermo Díaz-Plaja, se merendó la biblioteca de su tío y empezó a escribir. En 1948, con 21 años, ganó el Premio Internacional de Novela de José Janés con la obra 'Sombras viejas'.

A William Somerset Maugham, que formaba parte del jurado junto a Walter Starkie, le gustó tanto que le dijo que era el mejor novelista joven de Europa; sin embargo, la censura prohibió su publicación y afirmó que Ledesma era un «rojo subversivo y un pornógrafo», no le metió en la cárcel por un pelo y le cerró las puertas de todas las editoriales. Tenía tantas posibilidades de sacar un libro como de salir vivo del saloon de Dodge City después de pedir leche con galletas. Así que nació Silver Kane para llenar de tiros los quioscos y entretener a los viejos en el parque, y a los quintos de imaginaria, y a los porteros de finca. Y a los marinos, a los golfos y a los que iban en el tranvía. Como ha escrito Javier Pérez Andujar, «una de las diferencias más maravillosas que hay entre la literatura y la subliteratura, es que ésta última sí que se compra para ser leída».

Francisco González Ledesma ha recordado con frecuencia sus tiempos de destajista, unas veces con melancolía y otras no, reconociendo que fue una buena escuela para aprender la arquitectura de la novela, pero también una vida de perros, lejos de la bohemia y más cerca del tajo a porcentaje.

Las reglas eran estrictas y los plazos cortos, los buenos tenían que ser de una pieza y ganar al final, las mujeres virtuosas y los malos a la cárcel, los diálogos de patíbulo, los revólveres ladraban y los hombres gruñían y, a veces, hasta exclamaban.

La violencia era la marca del rancho, sin medias tintas, el enterrador no paraba. «¿Qué has venido a buscar aquí?», «Vengo a hacer liquidación», «¿Liquidación de qué?», «De hijos de perra. Y el primero va a ser usted. De modo que le aconsejo una cosa: haga testamento» ('Muerto por partida doble', de Silver Kane, colección Bravo Oeste. Bruguera, 1990). Así eran las cosas.

Con el tiempo consiguió sacar la cabeza del polvo de la cuneta y hoy Francisco González Ledesma tiene una placa en el 22 de la calle Tapioles que conmemora su nacimiento, el premio Planeta por 'Crónica sentimental en rojo' y la medalla de oro de la ciudad de Toulouse. El tiempo, que según Borges, destruye los alcázares pero hermosea los versos, ha concedido una pátina de dignidad a las viejas novelas de duro.

El año pasado, Ediciones B publicó 'La conjura', una novela histórica de Curtis Garland, pseudónimo de Juan Gallardo Muñoz que también escribió sus recuerdos de obrero de la tecla, 'Yo, Curtis Garland', en la editorial Morsa. El Área de Filología del Instituto de Estudios Riojanos, en colaboración con el Aula de Cultura del diario 'La Rioja', organizó un año antes de su muerte las jornadas de homenaje a Luis García Lecha (Clark Carrados o Louis G. Milk) en Haro, y los libritos de Silver Kane se cotizan en Internet. Terenci Moix los coleccionaba.

Renacimiento

Ahora, la editorial Planeta edita 'La dama y el recuerdo', novela del west que ha escrito González Ledesma usando su viejo blasón de Silver Kane. Tiene más años, muchos más, pero menos prisa y el dominio natural de la técnica, y no le atosigó el plazo, ni el hambre, ni las ochenta páginas para solucionar la trama. Para rematarla a tiros y a por otra.

Así que puede demorarse en elaborar un principio que invita a seguir leyendo: «Aquella mañana ocurrieron en Jackson, Kansas, cuatro cosas juntas que no habían ocurrido nunca: se pararon a la vez cien relojes de cuerda, llegó un jefe indio que quería comprar la paz para su pueblo, un pistolero llenó el saloon no de clientes, sino de muertos, y un hombre perfectamente vestido quiso comprar un cementerio». Es el mismo pero tomándose más tiempo para apuntar, lo que se traduce en una obra más elaborada, más sabia, pero igual de diáfana en su planteamiento, en su voluntad de entretener y no de cambiar el mundo, si es que alguna obra literaria lo cambia. Es más frecuente que lo cambie la espada. Y más doloroso para la población civil.

El Correo / Territorios, 7 de abril de 2010

3 d’abr. 2010

La dama y el recuerdo" de Francisco González Ledesma...

"La dama y el recuerdo" es una nueva novela del mítico Silver Kane, el alias o seudónimo con el que Paco González Ledesma escribió durante 30 años, en pleno franquismo, más de 400 libros del Oeste. En esta ocasión, Ledesma hace un guiño y sitúa a su alias como personaje de la novela encarnando la figura de un periodista.

Más que nunca hoy en día, esta novela es un homenaje al género de las novelas del oeste, género desaparecido en literatura pero que despertó el interés por la lectura a tantos y tantos españoles durante esos oscuros años bajo el régimen de Franco. El fenómeno de la novela popular, directo y sencillo, se inició en España en la década de los 40 y se consolidó en los años 50, convirtiéndose en un fenómeno de masas y todo un referente de la cultura del ocio alcanzando su calidad un nivel artístico superior al de otros países. ¿Cuántos soldados durante la mili no habrán hecho más livianas sus guardias disfrutando de la fertilidad creativa de Silver Kane con las novelitas de Bruguera abandonadas en las taquillas?

Esta nueva entrega, tantos años después, tiene todos los ingredientes que esperamos del lejano Oeste: traición, venganza, acción, aventuras, amor, ambientación exótica, personajes prototipo como el sheriff, el cacique, la prostituta, el forajido de buen corazón, los indios, el cazador de recompensas, el vaquero, el pistolero, el tahúr, el saloon, etc. En la actualidad no hay libros del estilo en el mercado y sí alguna película.

Margaritochinijo, 3 de abril de 2010